lunes, 31 de enero de 2011

Logros de la Revolución Bolivariana






















LOGROS DE LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA

1. Elevación de la autoestima de los venezolanos
2. Establecimiento de la soberanía del país
3. Recuperación de la industria petrolera
4. Recuperación de la OPEP como organización defensora de los precios del petróleo
5. Colocación de Venezuela en el mundo
6. Metro de Valencia listo
7. Metro de Maracaibo, a inaugurarse sus 3 primeras estaciones
8. Metro de Los Teques
9. Trolebús de Mérida
10. Transbar de Barquisimeto
11. Centrales hidroeléctricas de Caruachi, de Barinas termoeléctrica del Zulia
12. Ampliación de la Petroquímica X Módulos de Barrio adentro, CDI, SRI, CAT
13. Universidad del Deporte en Cojedes
14. Ampliación de las relaciones de Venezuela con Asia, África y Europa
15. Traída de vaquillonas de Argentina y Uruguay para mejorar nuestra ganadería
16. Dotación de hospitales con incubadoras y otros equipos traídos de Argentina, Alemania, Uruguay y otros
17. Creación de Conviasa
18. Creación de CVG Telecom
19. Rescate de tierras para la agricultura
20. Entrega de tierras a campesinos
21. Liberación del país del FMI
22. Diversificació n de nuestro comercio con más países en el mundo, hoy en día le vendemos a Estados Unidos, Cuba, Jamaica, todo el caribe, Argentina, Uruguay, India, China, Lituania y muchos otros países a los cuales antes no le vendíamos, dependíamos del mercado estadounidense
23. Diversificació n de la producción
24. Desarrollo del SENIAT de manera que hoy dependemos menos del petróleo, la recaudación esta por encima del petróleo.
25. Aumento de las reservas petroleras con la recuperación de La Faja del Orinoco
26. Aumento de las reservas internacionales
27. Ingreso a MERCOSUR
28. Creación de la Universidad Bolivariana, está en todos los estados.
29. Apertura de estudios de bachillerato, mediante la Misión Ribas para miles de personas
30. Alfabetización de más de millón y medio de personas por lo cual la UNESCO nos declaró país libre de analfabetismo
31. Disminución de la pobreza crítica de 80% 1998 a 30% 2007.
32. Aumento del número de personas que hoy tienen agua potable y electricidad
33. Atención a cientos de personas de calle mediante la Misión Negra Hipólita
34. Atención a cientos de niños de calle
35. Cosecha record de arroz
36. Rumbo a cosecha record en maíz
37. Aumento del número de pensionados del Seguro Social
38. Aumento del salario mínimo a 238 dólares, siendo ahora el más alto de América
39. Elevación de pensiones del Seguro Social al salario mínimo
40. Atención a cientos de personas que quedaron sin vivienda
41. Aumento de las pensiones de los viejitos a 307.000 bolívares
42. Solidaridad de nuestro país con pueblos hermanos que han recibido males de la naturaleza en Chile, Perú, Ecuador, Cuba, Jamaica, Trinidad, en consonancia con nuestra constitución y las lecciones de los héroes de la patria
43. Construcción del Cardiológico Infantil donde a menos de 1 mes se han realizado ya 60 operaciones y tiene capacidad para 4000 operaciones al año
44. Desarrollo de la autopista Antonio José de Sucre
45. Desarrollo de la autopista José Antonio Páez de Portuguesa a Barinas
46. Autopista Acarigua-Barquisimeto ejecutada en 80%
47. Tren de La Rinconada a Cúa
48. En construcción tren de Maracay a Barquisimeto
49. Viaducto Caracas-La Guaira
50. Creación de Petrosur
51. Creación de Petrocaribe
52. Creación de Telesur
53. Creación de Agencia Bolivariana de Noticias (ABN)
54. Creación de Vive TV
55. Recuperación de más de 10.000 planteles educativos
56. Creación de 58.236 nuevas escuelas
57.Se estableció nuevo régimen de concesiones petroleras, nueva relación con las empresas petroleras
58. Eliminada la apertura petrolera y se sustituyó por una política justa para el país recuperando nuestro petróleo
59. Establecimiento en todos los contratos petroleros, del gas y otros, que los tribunales facultades para dirimir controversias son los tribunales venezolanos, anteriormente se dirimía en tribunales del exterior
60. Creación de fábricas como la de tractores, bicicletas y automóviles con nuestros socios iraníes
61. Asociación con Brasil para construir refinería en Pernambuco donde se procesarán 200.000 barriles diarios de petróleo venezolano
62. Creación del ALBA como alternativa al ALCA
63. Papel importante en la elección del secretario general de la OEA
64. Logro de precios más justos para nuestro petróleo
65. Disminución de la inflación desde 30 a 9%
66. Miles de personas han recuperado la vista en la Misión Milagro
67. .Limpieza del río Guaire, actualmente en proceso
68. Dragado del río Misoa en Zulia, para proteger a los habitantes de las crecidas del río
69. Ampliación de las líneas que transportan electricidad a los hogares zulianos
70. Independizació n de la Fuerza Armada Nacional de la influencia de la Escuela de Las Américas, escuela de torturadores
71. Salida de la Misión Militar de Estados Unidos de Fuerte Tiuna
72. Salida de técnicos estadounidenses que realizaban espionaje de los cuarteles de la FAN
73. Diversificació n de mercado para abastecerse nuestra Fuerza Armada
74. Creación del Banco del Tesoro
75. Creación de INAMUJER
76. Nuevo Puente Venezuela en el Zulia para conectar Zulia con Barinas
77. Creación de un fondo financiero en dólares para apalancar las inversiones para el desarrollo China (4000) Venezuela (2000)
78. Creación de fondo financiero en dólares Irán (1000), Venezuela (1000)
79. Creación de planta de cemento venezolana
80. Creación de planta de cemento venezolana Irán-Venezuela
81. Buena venta de PDVSA de su Refinería Lyondell-Citgo en mil trescientos catorce millones de dólares su 41%, en la cual había perdido más de mil ochocientos, vendiendo salimos ganando
82. Elaboración del satélite Simón Bolívar que será entregado por China a Venezuela en 2008 y permitirá a nuestro país desarrollar la telemedicina, la teleeducación y lograr independencia de información, además, podremos los venezolanos acceder al satélite gratis, con sólo adquirir una antena para ello
83. En los contratos de creación de fábricas figura una cláusula que establece la transmisión de tecnología a los venezolanos, es decir, que no quedaremos amarrados, sino que podremos hacer nuestras propias creaciones, aun cuando los contratos terminen
84. Liberamos a PDVSA de la comisión de valores de Estados Unidos pagando la deuda correspondiente
85. Disminución de la deuda pública de 47,5 puntos en 2003 a 25 puntos en 2006
86. Inauguración de la Línea 4 del Metro de Caracas
87. Extensión de la línea 3 Metro de Caracas desde Plaza Venezuela a la Rinconada
88. Misión Barrio Adentro
89. Creación de diversas paginas web que sirven de apoyo para algunos tramites legales y / o consulta " Solicitud de pasaporte " (http://www. onidex.com) , Consulta de las cotizaciones del SSO (http://www. ivss.gob. ve), http://www.cadivi. gob.ve ,y muchas otras
90. Misión Identidad que permitió dar identidad a miles de ciudadanos que no disfrutaban de sus derechos ciudadanos por falta de cédula de identidad
91. Modernización del Canal del Estado VTV
92. Recuperación de nuestro pasado histórico
93. La acción del gobierno ha logrado que pasemos de 14.5 millones de personas con el servicio de aguas servidas en 1998 a 21 millones en 2006
94. Están en proceso de saneamiento los ríos Acarigua en Acarigua, Guanare en Guanare, Turbio, Tocuyo, Yaracuy, Motatán, Tuy, San Pedro, Guaire y varios otros en diversos estados del país como parte del plan nacional de saneamiento de ríos, lagos y lagunas
95. En 1998 la inversión en ambiente era de 15 mil millones de bolívares, en 2006 es de 1 billón de bolívares
96. En 1998 18,7 millones de personas, es decir, el 80% recibían agua potable en Venezuela, la revolución ha logrado que 25 millones de personas, es decir, el 93% reciban agua potable, se espera que para el 2010 todos los ciudadanos reciban agua potable
97. Hemos disminuido la mortalidad infantil en 27% desde 1998
98. Hace 8 años la recolección de aguas servidas era de 62%, ahora estamos en 80%
99. Acaba de inaugurar el presidente la estación de aguas servidas de Ciudad Ojeda, forma parte del programa de saneamiento del lago de Maracaibo que estará limpio en 2012
100. Edición de más de 50 millones de libros de distribución gratuita para elevar el nivel cultural de nuestro pueblo
101. Dotación de las bibliotecas públicas del país
102. Creación del programa Simóncito para atender a los niños desde antes de nacer
103. Recuperación de más de 10.000 planteles educativos
104. Dotación de todos los preescolares rurales, indígenas y fronterizos
105. Creación de 75.000 bibliotecas de aula 119. Creación de más de 6.000 escuelas bolivarianas
106. Pago de todos los pasivos de los maestros y aumento sustancial de sueldo
107. Pago de todas las deudas con profesores, médicos y jubilados
108. Todos los liceos pasados a bolivarianos para mejorar la calidad de la educación media
109. Jubilación a maestros de las escuelas católicas Fe y Alegría que en 50 años no habían recibido jubilación, ni siquiera aguinaldos
110. Recuperación por PDVSA de más de 26.000 millones de dólares en la renegociación petrolera
111. Creación de los Distritos Sociales de PDVSA para asistir a cientos de comunidades en el país
112. Inauguración de Mega Aldea Universitaria en Valles del Tuy
113. Plan penitenciario que contempla la construcción de ciudades penitenciarias a fin de resolver la problemática de las cárceles
114. Disminución en 8,13% de la deuda de la República
115. Creación y desarrollo de la Misión Ciencia
116. Creación del CIGMA
117. Extensión del período de lactancia materna que obliga a los empleadores a darle más semanas a las madres para dedicar a amamantar a su niño(a)
118. Red Nacional de Radioterapia, equipada con equipos traídos de Argentina en intercambio por fulloil, la red está conformada por 19 centros
119. Creación y desarrollo de Ruedas de Negocios con varios países que han traído inversión al país
120. Unidad de Cobalto de Radioterapia y Medicina Nuclear en Barquisimeto
121. Planta Láctea Cantón en Barinas
122. Empresa cogestionaria Invepal
123. Vía expresa Pampatar-Juan Griego-La Asunción en Nueva Esparta
124. Remodelación y construcción de estadios para la Copa América 2007
125. Plan nacional de gasificación, gas directo para todas las comunidades
126. Viviendas para los damnificados de la tormenta Brett , del terremoto de Cariaco
127. Plan nacional de turismo que responde a las características de nuestro país para mostrar las bondades de nuestra naturaleza al tiempo que la protegemos
128. Crea-ción de Redes de Innovación Productiva dentro de la Misión Ciencia para agrupar a nuestros creadores
129. Creación de Ciudad Jesús Enrique Lozada en asociación con la Universidad del Zulia en el estado del mismo nombre
130. Declaratoria de inamovilidad laboral, para impedir despidos
131. Garantía de atención gratuita y suministro de medicamentos a enfer-mos de VIH
132. Creación de Ciudad del Cine
133. Proyecto Orinoco Magna Reserva, Blo-que 7 149. Programa de Medicina Integral Comunitaria que graduará 10.000 médicos en esa área
134. Salvación, rescate y mejoramiento del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales
135. Creación de un nuevo Servicio Nacional de Salud encabezado por Barrio Adentro 1
136. Reinaguración, es decir, reacondicionamiento de importantes liceos en la capital, tales como: Luis Espelozín, Gran Colombia, República de Bolivia, Agustín Aveledo, Andrés Bello, algunos otros y escuelas técnicas
137. Expulsión de las Nuevas Tribus que estaban conquistando para el Imperio a nuestros indígenas y robando secretos ancestrales
138. Apertura del teatro Teresa Carreño, La Estancia y el Centro de Arte Rómulo Gallegos a toda la población con obras nacionales e internacionales, hoy en día el teatro se auto-financia y todo nuestro pueblo dispone de tarifas que le facilitan el acceso
139. Red de Casas de Alimentación para personas en necesidad
140. Programa de sustitución de ranchos por viviendas (SUVI)
141. Nuevo viaducto Caracas-La Guaira, se entregará en primer trimestre 2007
142. En construcción la nueva autopista Caracas-La Guaira
143. Recuperación del puerto de La Ceiba en el estado Trujillo, este puerto es importante para sacar el petróleo de Tomoporo y producción agrícola y ganadera de esa región
144. Apoyo y desarrollo del deporte nacional que ha conducido a ganar más medallas por ciclo olímpico que en cualquier etapa de la 4ª República, pero más todavía, que conduce a la preparación física de nuestro pueblo
145. Desarrollo de plan de independencia alimentaria que liberará al país de importar el 70% de alimentos como ha ocurrido y ocurre todavía
146. Política definida de defensa del ciudadano con la promoción de una nueva cultura para los cuerpos policiales, para acabar con la impunidad, las protestas de la comunidad se dialogan, no se reprimen
147. Recuperación del Patrimonio Cultural en todo el país
148. Combate definido y contundente al narcotráfico y liberación de nuestro país del espionaje de la DEA
149. Limpieza en la ONIDEX donde ahora, aun cuando todavía existe corrupción, ésta está siendo quebrada
150. Cedulación de toda la población
151. Acuerdos para la construcción de gasoducto suramericano
152. Construcción de la interconexión de gas oriente-occidente (ICO)
153. Acuerdo con Colombia para suministro mutuo de gas de acuerdo con las necesidades de ambos países
154. Plan de desarrollo de diferentes ejes para ocupación del territorio nacional, ejes norte-llanero, por ejemplo
155. Eliminación de cobro de matrículas en los colegios del estado
156. Creci-miento del sector automotriz en 123.7% en 7 años
157. Misión Madres del barrio para apoyar a 200.000 madres con dificultades económicas
158. Misión árbol que contempla la siembra de 20 millones de árboles en 2006 y está en plena realización
159. Tenemos permanente información semanal mediante Aló Presidente y otros
160. Rescate de la identidad, la cultura y el arte del país
161. Aprobación por la OEA de la Carta Social de las Américas propuesta por nuestro país
162. Junto con Uruguay, Venezuela es el país donde más se aprecia la democracia, logro de Hugo Chávez pues antes de 1998, Venezuela figuraba casi de último
163. Derrota, en la conferencia de Quito, de la proposición de Estados Unidos de convertir a las Fuerzas Armadas latinoamericanas en policías
164. Recuperación del Instituto Autónomo Ferrocarriles del Estado (IAFE)
165. Plan ferrocarrilero nacional, en ejecución
166. Creación del Sistema de Democratizació n del Empleo (SISDEM) de PDVSA lo que impide la venta de puestos petroleros
167. Se acabó la solidaridad automática, si un funcionario maltrata a un ciudadano, se le somete a la justicia, ejemplos los casos Kennedy y La paragua
168. Por primera vez en la historia de Venezuela se respeta la división de poderes, cada poder practica su autonomía
169. Venezuela ha diversificado sus proveedores en el mundo en todos los ámbitos
170. Logro de una posición respetable para Venezuela en el concierto mundial de naciones
171. Baja de las tasas de interés lo cual presionó el gobierno a los banqueros
172. Plan ahorro de energía, cambiando luz amarilla por luz blanca
173. Recuperación de la majestad presidencial, ayer cuando un presidente hablaba la gente apagaba el radio, hoy, hay millones de personas que sintonizan el discurso presidencial
174. Subió la esperanza de vida al nacer a 73,18 años
175. Más de 200 mil nuevos bachilleres graduados en la Misión Ribas
176. Más de 800 nuevos técnicos superiores graduados en la Universidad Bolivariana de Venezuela
177. Plan nacional de siembra de la caraota, para liberar a nuestro país de importar ese rubro
178. Formación de entrenadores deportivos integrales mediante pro-grama de intercambio con Cuba
179. Salida de los estados Sucre y Trujillo de la posición de más pobres a estados en desarrollo, gracias a la combinada acción de los gobiernos de esos estados con el gobierno nacional
180. Creación de empresa mixta con China para fabricar computadoras, ya se han entregado 20.000 de esas computadoras fabricadas en China, antes de fin de 2006 se comenzarán a producir en Venezuela
181. Autopista Charallave-Ocumare que será inaugurada en enero 2007
182. Creación por CVG-Telecom de 26 centros pilotos para telefonía en sitios donde no existe
183. Creación de fábrica de fibra óptica
184. Trece trimestres seguidos de crecimiento de la economía
185. Posicionamiento de nuestro país en varias organizaciones internacionales como la presidencia del grupo parlamentario latinoamericano y en el desplazamiento de los adecos cetevistas en la OIT, presidencia de la Organización Latinoamericana de Gobiernos Intermedios, presidencia del Parlatino
186. Bajón del índice de desempleo a un dígito
187. Éxitos de la misión Negra Hipólita : 13 medallas traen deportistas rescatados por Negra Hipólita
188. Construcción de la primera Clínica Popular Indígena, está en Apure, además se construye una extensa red de diez ambulatorios para los indígenas
189. Creación de la Zona Industrial de Palavecino, estado Lara
190. Democratizació n de la información mediante la creación y desarrollo de cientos de medios alternativos
191. Aprobación de la Ley de responsabilidad social en radio y televisión
192. Recuperación del programa Gas Natural para Vehículos
193. Atención permanente y prioritaria a damnificados, único gobierno que ha hecho eso en la historia de Venezuela
194. Más de 3 millones de niños y niñas participaron en la selección de los atletas de los juegos deportivos escolares 2006, nunca esto había ocurrido
195. Hoy la economía venezolana se sostiene no sólo sobre el petróleo, sino que también sobre el justo pago de impuestos por la acción de un SENIAT serio y organizado y de los intereses que aporta el Banco del Tesoro y operaciones de compra de bonos de países amigos con lo cual hemos ganado algún interés financiero
196. Aumento del consumo de alimentos por los venezolanos y hasta se dan gustitos, según dijo CONSECOMERCIO, los sectores de la D y de la E
197. En los Olivitos, estado Zulia, la población del ave flamencos del caribe, especie amenazada de extinción, aumentó a 6700, la mayor reproducción en los 20 años de existencia de ese centro de protección
198. Solución al problema de cupo universitario con la extensión de la UNEFA, la creación de la Universidad Bolivariana de Venezuela, creación de más tecnológicos, aumento del cupo en la Universidad Simón Rodríguez y otros entes universitarios
199. Creación de la primera escuela robinsoniana técnica petroquímica y agroambiental de Venezuela
200. Creación de 255 escuelas técnicas donde estudian 203 mil alumnos, la meta es llegar a 500 escuelas técnicas para 500 mil alumnos
201. El gobierno más demócrata que ha tenido Venezuela, con mayor libertad de expresión, sin persecución por ideas políticas
202. Eliminación del Impuesto al Débito Bancario
203. Creación del Banco de Desarrollo (BANDES)
204. Creación de BANDES Uruguay
205. Creación del Banco del Sur
206. [b]Inauguracion de PDVAL produccion y distribucion de alimentos


















lunes, 24 de enero de 2011

Karl Marx Tomo 3 CAPITULO LII LAS CLASES

Karl Marx Tomo 3 CAPITULO LI RELACIONES DE DISTRIBUCION Y RELACIONES DE PRODUCCION

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Karl Marx Tomo 3 CAPITULO L LA ILUSION DE LA COMPETENCIA

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Karl Marx Tomo 3 CAPITULO XLIX COMPLEMENTO AL ANALISIS DEL PROCESO DE PRODUCCION

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Karl Marx Tomo 3 CAPITULO XLVIII LAS RENTAS Y SUS FUENTES - LA FORMULA TRINITARIA

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Karl Marx Tomo 3 CAPITULO XLVII GENESIS DE LA RENTA CAPITALISTA DEL SUELO

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Karl Marx Tomo 3 CAPITULO XLVI RENTA DE SOLARES YERMOS. RENTA DE MINAS

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Karl Marx Tomo 3 CAPITULO XLV LA RENTA ABSOLUTA DE LA TIERRA

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Karl Marx Tomo 3 CAPITULO XLIV RENTA DIFERENCIAL TAMBIEN EN LA TIERRA PEOR DE CULTIVO

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Karl Marx Tomo 3 CAPITULO XLIII DE PRODUCCION CRECIENTE. RESULTADOS

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Karl Marx Tomo 3 CAPITULO XLII PRECIO DE PRODUCCION DECRECIENTE

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Karl Marx Tomo 3 CAPÍTULO XLI LA RENTA DIFERENCIAL II. –PRIMER CASO: PRECIO DE PRODUCCIÓN CONSTANTE

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Karl Marx Tomo 3 CAPÍTULO XL SEGUNDA FORMA DE LA RENTA DIFERENCIAL

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Karl Marx Tomo 3 CAPÍTULO XXXIX PRIMERA FORMA DE LA RENTA DIFERENCIAL

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Karl Marx Tomo 3 CAPÍTULO XXXVIII LA RENTA DIFERENCIAL. GENERALIDADES

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Karl Marx Tomo 3 CAPÍTULO XXXVII CONVERSIÓN DE LA SUPERGANANCIA EN RENTA DEL SUELO

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Karl Marx Tomo 3 CAPITULO XXXVI ALGUNOS RASGOS PRECAPITALISTAS

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Karl Marx Tomo 3 CAPITULO XXXV LOS METALES PRECIOSOS Y EL CURSO DEL CAMBIO

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Karl Marx Tomo 3 CAPITULO XXXIV EL “CURRENCY PRINCIPLE” Y LA LEGISLACIÓN BANCARIA INGLESA DESDE 1844

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Karl Marx Tomo 3 CAPITULO XXXIII LOS MEDIOS DE CIRCULACIÓN EN EL SISTEMA DE CRÉDITO

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Karl Marx Tomo 3 CAPITULO XXXII CAPITAL–DINERO Y CAPITAL EFECTIVO

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Karl Marx Tomo 3 CAPITULO XXXI CAPITAL–DINERO Y CAPITAL EFECTIVO

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Karl Marx Tomo 3 CAPITULO XXX CAPITAL–DINERO Y CAPITAL EFECTIVO

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martes, 18 de enero de 2011

IDEOLOGÍAS DEL MOVIMIENTO OBRERO



Las nuevas circunstancias económicas y sociales del capitalismo propiciaron el nacimiento de ideologías y movimientos protagonizados por la clase obrera.

A lo largo del siglo XIX se fueron gestando reflexiones intelectuales que ponían en evidencia y criticaban las contradicciones del proceso de industrialización y las injusticias inherentes al capitalismo. Surgieron iniciativas reivindicando el igualitarismo y la solidaridad, ideas que se englobaron bajo el amplio epígrafe de "Socialismo", en cuyo seno pueden distinguirse tres amplias corrientes:

Socialismo utópico

El término socialismo utópico fue acuñado en 1839 por Louis Blanqui, aunque alcanzó notoriedad tras el empleo que de él hicieron Marx y Engels en su "Manifiesto Comunista". Éstos consideraban que los pensadores utópicos, aunque bienintencionados, pecaban de idealismo e ingenuidad. Para impedir ser confundidos con ellos, etiquetaron su propia teoría con el calificativo de "científico".

La expresión "utopía" significa plan, proyecto, doctrina o sistema optimista que aparece como irrealizable ya desde el mismo momento de su formulación. Proviene de "Utopía", obra escrita por Tomás Moro, intelectual, político y humanista inglés (S. XV-XVI). En ella teorizaba acerca de una isla de ese nombre que era ideal y perfecta.
Cronológicamente las ideas del socialismo utópico alcanzaron su madurez en el período comprendido entre 1815 y 1848 (fecha de publicación del Manifiesto Comunista).

Los socialistas utópicos formaron un grupo de pensadores heterogéno. Sin embargo tuvieron en común una serie rasgos, en gran medida influidos por las ideas de Rousseau.

La importancia de la naturaleza estaba muy presente en sus ideales, aunque ello no fue obstáculo para que fuesen favorables a la industrialización y el maquinismo.
Dedicaron sus esfuerzos a la creación de una sociedad ideal y perfecta, en la que el ser humano se relacionase en paz, armonía e igualdad.
Sus metas habrían de alcanzarse mediante la simple voluntad de los hombres, es decir, pacíficamente, de ahí que sus seguidores se opusieran a las revoluciones y a acciones como la huelga.
Pusieron al descubierto y denunciaron los perniciosos efectos del capitalismo, pero no investigaron sobre sus causas profundas.
Con el fin de paliar las injusticias y desigualdades emprendieron diversos planes, en los que primaron la solidaridad, la filantropía y el amor fraternal.

Pensadores utópicos

Destacaron los siguientes:

Robert Owen

Fue un empresario, fabricante de hilaturas de algodón. En su fábrica escocesa de New Lanark puso en práctica una serie de medidas que mejoraron significativamente las condiciones de vida de sus obreros, tales como la reducción de la jornada de trabajo, salarios más dígnos, educación infantil, etc.

El éxito lo animó a crear en USA una comunidad ideal, New Harmony, que sin embargo constituyó un fracaso. Su pensamiento y praxis influyeron de forma relevante en el cooperativismo.

El conde de Saint-Simon

De origen aristocrático, pensaba que el progreso humano se obtiene mediante el desarrollo económico. La industria habría de recibir un nuevo impulso para evitar enfrentamientos entre los hombres.
Según Saint-Simon la sociedad debería ser regida por una élite de intelectuales, científicos y sabios, era partidario de una "tecnocracia" que garantizase el desarrollo de las clases más humildes. Para ello sería necesaria una trasferencia de poder desde los sectores "ociosos" de la sociedad (Ejército, Iglesia y Nobleza) a los "productores" (industriales y campesinos).
Charles Fourier

Le preocupaba la explotación, la miseria y la monotonía laboral que aquejaba a la clase obrera. Trató de paliarlas a través de la creación de colectividades voluntarias denominadas "falansterios".

Estas comunidades se constituyeron en centro de actividades agrícolas, industriales y contaron con administración, distribución y consumo propios. Sus discípulos fundaron falansterios en México, Estados Unidos y otros países. Fue defensor de la igualdad entre hombres y mujeres.
Otras figuras destacadas del socialismo utópico fueron el ya mencionado Blanqui, que formuló una teoría sobre la dictadura del proletarido, y Louis Blanc, partidario de la acción del Estado como forma de mitigar las desigualdades sociales. Tras la Revolución de 1848 en Francia, siendo ministro de Trabajo de la IIª República, auspició la creación de los Talleres Nacionales, con el objetivo de mitigar el desorbitado paro obrero generado por la crisis económica.

Socialismo científico o marxismo

Partiendo del estudio histórico sobre la transición de unas sociedades a otras, Carlos Marx y su colaborador y amigo Federico Engels realizaron un análisis de la sociedad capitalista, indagando en sus contradicciones y planteando los medios para su destrucción.
El marxismo se alejaba de los postulados teóricos, reformistas, idealistas y supuestamente irrealizables del socialismo utópico.
La Revolución de 1848 constituyó un momento clave en el desarrollo de esta nueva corriente socialista pues, una vez frustrada, el marxismo reemplazó al socialismo utópico como corriente ideológica obrerista dominante, erigiéndose en motor y referente de buena parte de los movimientos revolucionarios de la segunda mitad del siglo XIX y XX. Fue precisamente en 1848 cuando se publicó el "Manifiesto comunista”, la obra más conocida del marxismo.

Las ideas marxistas no conforman un bloque unitario, pues los escritos de Marx han ido completándose con el tiempo y han sido objeto de notables revisiones.

El socialismo científico o marxismo presenta influencias de corrientes anteriores, destacando las que proceden de la filosofía alemana hegeliana (materialismo dialéctico), la del ideario de revolucionarios como Babeuf y la de activistas obreros como Blanqui.

En sus escritos "Tesis sobre Feuerbach" (1845), "Miseria de la Filosofía" (1847), el ya aludido "Manifiesto Comunista" y sobre todo "El Capital", Marx y Engels desarrollaron una teoría en la que destacan los siguientes aspectos:

El materialismo histórico

Para el marxismo, son las circunstancias materiales y no las ideas o la voluntad de los hombres las que determinan los hechos históricos. En tal sentido, diferencia entre infraestructura (la economía) y superestructura (la organización del Estado, los aspectos políticos, jurídicos, ideológicos, el pensamiento filosófico, las creencias religiosas, la producción artística, las costumbres, etc).

Entre ambas instancias existe una estrecha relación dialéctica. La infraestructura económica constituye la base de la historia y genera unas determinadas relaciones de producción. Las variaciones en la infraestructura provocan a su vez cambios en la superestructura, pero no de forma mecánica automática, sino que cada instancia ejerce una peculiar influencia sobre la otra. A largo plazo, sin embargo, el papel determinante corresponderá a la infraestructura.

Esta dinámica hay que situarla en el influjo que ejerce sobre el marxismo la teoría del proceso dialéctico de Hegel. Según este filósofio cada hecho o circunstancia (tesis) lleva en su seno su propia contradicción (antítesis). De la pugna entre ambas surge una nueva realidad (síntesis) que implica la superación de las anteriores y que a su vez se transforma en una nueva tesis.

La humanidad ha pasado por varios estadios con diferentes estructuras y sus propias contradicciones: sociedad comunitario-tribal, esclavista, feudal y capitalista. En ésta última la burguesía ha creado unas condiciones (económicas, legales, unos modos de vida y hasta la religión) que le permiten prosperar material y socialmente, pero a costa del proletariado. Del mayor o menor desarrollo del movimiento obrero depende que la clase trabajadora reconozca cuáles son realmente sus intereses y luche por ellos a través de la acción revolucionaria.

La acumulación del capital

La intensificación de la explotación de los obreros (aumento del ritmo de trabajo, empleo de mano de obra infantil, jornada laboral abusiva, etc.), permiten al capitalista incrementar sus beneficios. Sin embargo, las ganancias se concentran en cada vez menor número de empresarios debido a que una parte de éstos -los menos competitivos- van desapareciendo y engrosando las filas de los desposeídos, el proletariado.

La plusvalía

Podría definirse como la diferencia entre la riqueza producida por el trabajo del obrero y el salario que éste recibe del patrono. Esa remuneración sirve para hacer frente a los gastos de alimentación, vestido y el alojamiento que necesita para subsistir y seguir trabajando pero no satisface el total del valor del trabajo desarrollado. Este hecho conlleva el enriquecimiento del capitalista, producto de la apropiación de parte la actividad realizada. La plusvalía sería por tanto, la parte del trabajo que el empresario deja de satisfacer al trabajador.

La lucha de clases

Las clases sociales para el marxismo están definidas por las relaciones de producción, es decir, por la forma en que los hombres producen mercancías. En el seno de las relaciones de producción, el papel que ocupa cada individuo está determinado por la división del trabajo, es decir, aquellos que desarrollan una misma actividad -y por tanto están sometidos a unas idénticas condiciones- conforman una clase social. Las clases sociales vienen determinadas por el lugar que ocupan en el proceso de producción de la riqueza. Unos la producen y otros se apropian de una porción de la misma. De esa relación no cabe esperar sino el antagonismo y la hostilidad entre explotados y explotadores.

A lo largo de la historia siempre ha habido clases enfrentadas. En las sociedades esclavistas (Grecia y Roma en la Antigüedad) fueron antagónicos los propietarios libres y los esclavos; en el seno de la sociedad feudal el enfrentamiento se estableció entre nobles y eclesiásticos por un lado y siervos por otro.

En el seno de la sociedad capitalista ocurre igual: la lucha de clases es protagonizada por la burguesía, propietaria de los medios de producción (capital, fábricas, máquinas, transportes, etc.) y por el proletariado que, al disponer únicamente de su fuerza de trabajo, se ve obligado a venderla a cambio de un salario que escasamente sirve para satisfacer la supervivencia.

Los intereses de ambas clases son antagónicos e incompatibles y conducirán indefectiblemente al enfrentamiento. A medida que el capitalismo vaya desarrollándose el número de obreros se incrementará, lo que unido al deterioro de sus condiciones de vida, conducirá a la revolución.

La revolución tendrá como objetivo conseguir una sociedad perfecta donde no existan ni explotadores ni explotados. Para ello será imprescindible la abolición de la propiedad privada, es decir, la socialización los medios de producción, evitando la mera sustitución de los antiguos propietarios por otros nuevos.

La dictadura del proletariado

Una vez que la clase obrera haya tomado conciencia de la explotación y opresión sufre, se organizará en torno a partidos de carácter revolucionario, siendo dirigida por una vanguardia especialmente capacitada y activa, empeñada en planificar la destrucción del sistema capitalista.

Esa acción que no debería circunscribirse a un solo país ya que, siendo las condiciones y los intereses de la clase trabajadora idénticos en todo el mundo capitalista, habría de concertarse con un caracter internacional.

A través de la acción revolucionaria los obreros deben derribar el gobierno de la burguesía y sustituirlo por uno de carácter obrero. Eso puede requerir el uso de la violencia, pues los trabajadores se encontrarán con la oposición de la clase dominante.

Una vez conseguido el control del Estado será necesario salvaguardar las conquistas realizadas mediante el ejercicio de una dictadura de los trabajadores, constituyendo éste el primer paso hacia la consecución de una sociedad comunista sin clases.

El nuevo Estado que surge de la revolución habrá de suprimir la propiedad privada de los medios de producción (elemento primordial en la explotación de la clase obrera) y sustituirla por la propiedad colectiva.

La tesis de la dictadura del proletariado ha sido una de las más controvertidas del marxismo, ya que implica la conquista de una de las claves de la superestructura social: el Estado. El modo de conseguirlo ha sido criticado por algunos autores posteriores a Marx, tildados por los marxistas clásicos de revisionistas.

La sociedad sin clases

Una vez consolidado el nuevo Estado, el peso de éste tenderá a disminuir hasta desaparecer, pues al haber desaparecido las amenazas que pesaban sobre él, el aparato coercitivo dejará de tener sentido y cada individuo trabajará voluntariamente en beneficio de la comunidad.

Las relaciones de producción se habrán transformado y los medios de producción no estarán concentrados en manos de una minoría, sino que serán colectivos. Por lo tanto, ya no habrá ni opresores ni oprimidos, tan sólo una clase social, la trabajadora. En su seno regirá la solidaridad y la armonía entre hombre y trabajo, éste ya no será fuente de sufrimiento y alienación. Se disiparán asimismo las diferencias entre agro y ciudad, entre trabajo manual e intelectual. En suma, se habrá alcanzado una suerte de paraíso en la tierra, el de la sociedad comunista.

El revisionismo marxista

El revisionismo se puede definir como la acción de someter a revisión doctrinas, apreciaciones o prácticas ya establecidas con el objetivo de actualizarlas o modernizarlas.

El marxismo ortodoxo advertía a los obreros sobre el riesgo que constituía el pacto con otras clases sociales ajenas a sus intereses. Prevenía sobre el reformismo político en el seno del Estado capitalista. La razón es que el Estado es el principal instrumento del que se sirve la burguesía para ejercer su dominio social. El único objetivo que el proletariado debe perseguir es la toma del poder mediante la revolución.

Sin embargo, a fines del siglo XIX (a partir de la II Internacional), Eduard Bernstein, miembro del SPD (Partído Socialdemócrata Alemán), desde una postura menos radical y más conciliadora, sostuvo que los partidos revolucionarios podían y debían, según las circunstancias, intervenir en el sistema político democrático y liberal, utilizando como principal arma para conseguir sus aspiraciones, el sufragio universal.

Afirmaba que las predicciones realizadas por el marxismo respecto a la progresiva pauperización de los trabajadores eran erróneas y que los obreros habían mejorado objetivamente su situación respecto a tiempos pretéritos. Se habría de este modo una vía no revolucionaria que perseguía cambios no radicales, sino graduales y pacíficos.

El revisionismo despertó airadas críticas en el seno de los sectores más izquierdistas del marxismo (Rosa Luxemburgo, Lenin, etc.), Sin embargo, jugó un importante papel en la política del siglo XX, muestra de ello es la labor ejercida por partidos hoy plenamente consolidados y activos en Europa, tales como el Partido Laborista Británico, el mencionado Socialdemócrata Alemán (SPD) o el Partido Socialista Obrero Español, entre otros.

Anarquismo

El término anarquismo es de origen griego y significa “sin autoridad ni poder”. Esta ideología, junto con el marxismo, constituye una de las corrientes del “socialismo”. Ambas, anarquismo y marxismo, coinciden en la crítica al capitalismo y en la necesidad de su eliminación, pero difieren radicalmente en cuanto a los métodos para conseguirlo. De hecho, a lo largo del siglo XIX ambos pensamientos se fueron alejando progresivamente, hasta convertirse en irreconciliables antagonistas.

El anarquismo estuvo muy influido por la idea roussoniana de que el individuo es bueno por naturaleza y es la sociedad (o el Estado y sus instituciones) quien destruye su felicidad.

Alcanzó su máxima influencia en el seno de sociedades escasamente industrializadas -España, Italia y Rusia-, en tanto que en países más avanzados tuvo mayor peso el marxismo. En España el anarcosindicalismo se materializó en la creación de organizaciones como la CNT (Confederación General del Trabajo) que jugaron un importante papel en el primer tercio del siglo XX.

Algunos sectores del anarquismo preconizaron la acción radical y violenta. Ello se concretó en atentados terroristas que reputaron esta corriente de agresiva y salvaje.

La teoría anarquista

El pensamiento anarquista no es uniforme, sin embargo, sus defensores comparten algunas ideas afines:

El rechazo de cualquier tipo de autoridad -en especial la del Estado- y el repudio a cualquier forma de organización, sea de carácter partidista, administrativa o religiosa. Junto al rechazo a la autoridad preconiza la libertad individual.
Para los anarquistas el Estado capitalista constituye una estructura que posibilita la explotación de la clase obrera y por ello debe ser destruido. Rechaza tanto el juego político como la organización de partidos. El medio fundamental para eliminar al Estado es la huelga general, que permite arruinar a la burguesía.
La organización social ha de estructurarse de abajo arriba, partiendo de pequeñas comunidades autosuficientes y por libre decisión de sus miembros, expresada a través del sufragio universal, nunca por imposición.

La abolición de la propiedad, ya que ésta es considerada como un robo cuando se consigue sin trabajo. El derecho a la herencia (origen del status social) ha de eliminarse y sustituirse por la colectivización de los bienes.

La importancia de la educación. El hombre solo será libre cuando sea capaz de pensar por sí mismo y el mejor medio para conseguirlo es una esmerada instrucción.

Pensadores anarquistas

Tres figuras destacan en el pensamiento anarquista:

Pierre Joseph Proudhon (1809-1865)

Su influencia se dejó sentir hasta la década de los años 60 del siglo XIX, a partir de la cual alcanzaron más relevancia las ideas de Bakunin y Kropotkin. Aunque muy relacionado con el grupo de los socialistas utópicos, de quien fue contemporáneo, se le considera el fundador del anarquismo; sus escritos son posteriores a 1848.
Criticó el juego parlamentario, sosteniendo que el sufragio universal es fácilmente manejable por la propaganda de los partidos burgueses.
Frente al Estado y la Ley preconizó la asociación de pequeños productores autónomos reunidos políticamente en una federación de comunas socialmente articuladas en torno al mutualismo y el cooperativismo.

Confió en la vía pacífica y en la ayuda mutua como formas de conseguir la liberación del hombre, siendo ajeno a los anarquistas que alentaron el uso de la violencia.
Bakunin (1814-1876)

Fue el primer teórico anarquista en presentar su pensamiento de una manera sistemática.

Propuso la colectivización (“anarco-colectivismo”) de los medios de producción (capital, tierra, industrias, etc), pero no así de los frutos que se obtienen de ellos. En esto difería de la postura más radical de Kropotkin quien sostenía que dichos frutos también debían ser de propiedad colectiva.
Según Bakunin, el Estado y otras instituciones como la Iglesia y el Ejército han de ser reemplazados por una federación de comunas creadas de forma espontánea. Minimizó el papel de los partidos políticos revolucionarios como instrumento de transformación social e igualmente rechazó el juego político parlamentario.
Kropotkin (1842-1921)

Aristócrata ruso antizarista, estuvo muy influido por las ideas de Bakunin a quien apoyó en la Primera Internacional frente a Marx. Abogó por una sociedad sin Estado, donde el trabajo intelectual y manual no estuviesen separados y los hombres practicaran el apoyo mutuo, la libertad, la solidaridad y la justicia.

Kropotkin alentó la acción de los obreros por la vía sindical, no política, siendo representante del denominado “anarcosindicalismo”.
Como instrumento indispensable para cambiar la sociedad propuso la educación, aunque también ponderó la violencia para conseguirlo.
Además de estos conocidos pensadores se distinguó:

G. Sorel (1847-1922)

Sindicalista francés. En su obra “Reflexiones sobre la violencia, 1908, defendió la huelga general y la acción violenta como medios para destruir el estado capitalista. Sus principios inspiraron en buena medida al movimiento fascista de Mussolini y tuvieron cierta influencia sobre Lenin.

La doctrina social de la Iglesia

Tanto el liberalismo como el socialismo abogaban por la secularización de la sociedad, eliminando con ello el protagonismo que la Iglesia había mantenido hasta entonces. La Iglesia condenó estas ideologías, prueba de ello fue la política reaccionaria desarrollada durante el pontificado de Pío IX, radicalmente opuesto a los cambios que estaban aconteciendo.

Ante el imparable proceso de industrialización, el constante crecimiento de las masas obreras y de la conflictividad social, hubo católicos que criticaron la explotación a la que estaba siendo sometido el proletariado. Surgió de ese modo la denominada “doctrina social de la Iglesia”, condensada en una serie de documentos, entre los que cabe destacar la encíclica "Rerum novarum" (“De las cosas nuevas”), promulgada en 1891 por el Papa León XIII.
En ella se preconizaba un orden social basado en la justicia y la caridad, exhortando al Estado a socorrer a las clases más desfavorecidas y alentando el asociacionismo de los trabajadores y fórmulas de asistencia social.
La doctrina social de la Iglesia, sin embargo, no constituyó un corpus teórico en sí misma, sino que se expresó mediante una serie de consejos encaminados a ilustrar a los fieles sobre cómo afrontar los retos sociales y económicos del mundo moderno, desde los presupuestos de la fe cristiana.

Negó la existencia de la lucha de clases, tal y como preconizaba el marxismo, y propuso en su lugar la armonía, la convivencia y el diálogo entre patronos y obreros, exhortando a los primeros a mitigar la miseria de los segundos. De igual modo protegió la propiedad privada combatida por marxistas y anarquistas, considerándola como un instrumento al servicio del bien común.

EL MOVIMIENTO OBRERO

La economía capitalista e industrializada del siglo XIX, organizada en torno a los principios del liberalismo, consagraba la existencia de dos clases sociales: la trabajadora, desprovista de los medios de producción y forzada a vender su fuerza de trabajo, y la burguesa, dueña de esos medios e inclinada a incrementar sus beneficios a costa de las condiciones salariales y laborales de la primera. Cada vez más se extendió la percepción de que el capitalismo consagraba unas injustas desigualdades que había que eliminar.

El movimiento obrero surgió de esas condiciones, pero alcanzó mayor o menor fuerza en función del grado de desarrollo industrial de los países. Los primeros movimientos de masas de carácter moderno se originaron en Inglaterra. Cristalizaron en episodios como la destrucción de máquinas (Ludismo) y la creación de las Trade Unions, primeras asociaciones de carácter sindical. El que el fenómono se produjese en Inglaterra y no en otro país se debió a su carácter de pionera de la industrialización. Más tarde, estructurados en torno a la ideología marxista, surgieron partidos de extracción obrera que jugaron un importante papel en la acción política y social.

El ludismo

El ludismo fue un movimiento social que se caracterizó por la oposición a la introducción de maquinaria moderna en el proceso productivo. Se desarrolló durante las primeras etapas del proceso de industrialización y dió lugar a violentas acciones de destrucción de máquinas. Su origen se remonta a la acción de "Ned Ludd", su mítico líder, un tejedor que en 1779 fue supuestamente pionero en este tipo de prácticas tras destruir el telar mecánico que manipulaba. Se desarrolló entre 1800 y 1830, fundamentalmente en Inglaterra y su intervención estuvo jalonada por una oleada de amenazas, tumultos y desórdenes que amedrentó a los patronos y provocó la intervención del gobierno.

La causa principal que desencadenó los disturbios fue la precaria situación laboral y social creada tras la introducción de moderna maquinaria en la producción de textiles, arrastrando a la ruina a los telares tradicionales, impotentes a la hora de competir con las fábricas de reciente creación. Los viejos artesanos perdieron sus negocios y cayeron en el desempleo.

La agitación que afectó inicialmente a la industria textil se extendió también al campo, donde el supuesto cabecilla "Capitan Swing" y sus seguidores dirigieron su ira contra las trilladoras incorporadas a las labores agrícolas.

Las acciones contra las máquinas constituyeron el precedente de otras venideras, esta vez mejor organizadas, dirigidas, no contra las máquinas, sino contra sus propietarios. El ludismo reunía algunos rasgos característicos de los motines del Antiguo Régimen, frecuentes en períodos de crisis de subsistencias. Coincidió con ellos en la espontaneidad y en la ausencia de una ideología política definida que los vertebrase. Pero al tiempo, presentaba modernas peculiaridades propias de los movimientos obreros de la segunda mitad del siglo XIX.

El movimiento alcanzó su cénit coincidiendo con los altercados que se desarrollaron en Inglaterra durante los años 1811 y 1812, reprimidos con suma dureza por el gobierno, a raíz de los cuales fueron detenidos y juzgados numerosos revoltosos, de los que unos treinta fueron condenados a la horca.

Otros países padecieron similares desórdenes: fue el caso de Francia (entre 1817 y 1823), Bélgica, Alemania o España (Alcoy en 1821 y Barcelona en 1835).

El cartismo

Al igual que el ludismo el cartismo fue un movimiento propio de la primera etapa del movimiento obrero. Pero, a diferencia de aquel, tuvo una índole esencialmente política. El término procede de la “Carta del Pueblo”, documento enviado al Parlamento Británico en 1838, en el que se reivindicaba el sufragio universal masculino y la participación de los obreros en dicha institución. Los defensores del cartismo pensaban que cuando los trabajadores alcanzasen el poder político, podrían adecuar las leyes a sus intereses de clase. La duración de este movimiento abarcó una década, entre 1838 y 1848.

El cartismo supuso la toma de contacto de las masas obreras con la acción política. Hasta entonces habían concentrado su empeño en la conquista de mejoras de carácter laboral.
En la “Carta” demandaban el sufragio universal, la supresión del certificado de propiedad como requisito para formar parte del Parlamento, inmunidad parlamentaria, un sueldo para los diputados, etc; estas peticiones poseían un marcado carácter político y eran necesarias -según sus defensores- para conseguir una profunda transformación social.

El movimiento fracasó, entre otras causas, por las disensiones internas entre sus diversas tendencias, la moderada y la radical. La tendencia moderada la representaban Lovett y Owen, inclinados a demandas de tipo económico y laboral; la más radical la lideraron el irlandés O’Connor y O’Brien, ambos partidarios de acciones contundentes que incluían el empleo de la huelga general.
La represión del gobierno británico, que militarizó las zonas en donde la agitación se hizo más activa, abortó el movimiento. Éste quedó escindido de forma irreversible hasta su desaparición.

El fracaso de la revolución de 1848 asestó el golpe definitivo a las aspiraciones cartistas. En adelante la lucha de carácter político sería abandonada por los obreros ingleses quienes moderaron en gran medida sus reivindicaciones para concentrarse en la lucha de carácter sindical. La acción política se circunscribió al continente, de manera más significativa a Francia.

Aunque el cartismo se malogró, constituyó una importante experiencia para la clase obrera en su intento de mejora de las condiciones de vida; su acción forzó al gobierno británico a articular una legislación que en ocasiones contó con un elevado contenido social, siendo un ejemplo de ello la “Ley de las diez horas”.

La revolución de 1848

La oleada revolucionaria que se extendió durante 1848 por gran parte de Europa, además de su significado político tuvo un marcado carácter social. Francia, Austria, Alemania, Suiza, al igual que otros estados, constituyeron escenarios en los que la clase trabajadora intervino en forma de protestas y motines junto a la pequeña burguesía liberal, frente a los intereses de la alta burguesía que acaparaba los resortes del poder.

Sus demandas se centraron en una ampliación de los derechos y libertades conquistados durante la Convención Nacional francesa de 1793: sufragio universal masculino, democracia, asistencia social a los desfavorecidos, derecho al trabajo, libre sindicación, etc.

La experiencia de 1848 fue especialmente relevante en Francia, donde la presión social forzó la caída de la monarquía de Luis Felipe, el llamado “rey burgués” y forzó la proclamación de la Segunda República.

El socialista Louis Blanc, ministro de Trabajo durante el gobierno provisional republicano, creó los “Talleres Nacionales” y fijó la jornada máxima de trabajo en 10 horas, intentando absorber el enorme paro que asolaba el país. El cierre de los Talleres Nacionales acaecido tan solo unos meses más tarde de su apertura significó el fracaso de quienes pretendían dar contenido social a unas reivindicaciones que habían ido más allá de lo meramente político.
La proclamación de Luis Napoleón como presidente de la República y la posterior abolición de ésta mediante un autogolpe de estado tres años más tarde, expresó el fallido el empeño de los trabajadores en poner fin a las desigualdades económicas y mejorar sus pésimas condiciones laborales y sociales.

La enseñanza que el movimiento obrero extrajo de la frustrada experiencia revolucionaria fue que en lo sucesivo sólo debía confiar en sus propias fuerzas, rechazando posibles alianzas con cualquier sector de la burguesía. Se organizó en sindicatos y emprendió la acción política de la mano del marxismo y el anarquismo.

Sufragismo y feminismo

La sociedad industrial y el liberalismo no aportaron cambios significativos a la situación política, legal y económica de las mujeres. Éstas siguieron estando discriminadas respecto a los varones. Tan solo abrió el camino hacia el trabajo femenino en las fábricas y las minas, pero en condiciones de una extrema explotación y discriminadas salarialmente frente a sus compañeros de trabajo.

Por otro lado, la mujer tuvo vetadas las áreas profesionales de más responsabilidad así como la educación superior, siendo relegada en el caso de la burgesía al ámbito doméstico.
El liberalismo afectó en mayor medida al status de los hombres, que logaron primero el sufragio censitario y más tarde el universal. Las mujeres quedaron excluidas de ambos sistemas durante largo tiempo.

Fueron estas circunstancias las que propiciaron a partir de la segunda mitad del siglo XIX el nacimiento del movimiento sufragista, que reivindicaba el derecho al voto de las mujeres como paso previo al feminismo, es decir, a conseguir la plena igualdad de derechos respecto a los hombres. El movimiento sufragista no se constituyó en grandes masas y arraigó con más fuerza en las mujeres urbanas de clase media que poseían un cierto grado de educación. Las obreras antepusieron sus reivindicaciones de clase a sus propios intereses como mujeres. Las campesinas por su baja formación, su dedicación íntegra al trabajo, la carencia de tiempo libre y su aislamiento, fueron las últimas y más reacias a incorporarse a los movimientos emancipadores.

Por lo demás, las principales abanderadas del sufragismo y posteriormente del feminismo fueron británicas y estadounidenses, seguidas de escandinavas y holandesas.

Conocidas figura del movimiento por la emancipación femenina fue la británica Emmeline Pankhurst (1858-1928), fundadora de la Unión Social y Política de Mujeres (WSPU) e inspiradora de diversos tipos de protesta (manifestaciones, huelgas de hambre, etc).

Otra conocida activista fue Emily Davison, que murió en 1913 en una de sus acciones de protesta al arrojarse a los pies de un caballo de la cuadra real en el transcurso de una carrera celebrada en Derby.
En españa destacó Concepción Arenal (1829-1893), que asistió a la Universidad Complutense disfrazada de hombre para salvar la prohibición que impedía la enseñanza universitaria a la mujer. En Alemania sobresalió Rosa Luxemburgo (1870-1919) brillante intelectual y militante del comunismo alemán, muerta durante la sublevación espartaquista de 1918.

El punto de inflexión decisivo en la concienciación social de la mujer se alcanzó en la Primera Gran Guerra. Durante este conflicto la mujer suplió al hombre en sus habituales tareas mientras éste luchaba en el frente, poniendo de relieve que si era competente para realizar trabajos propios del varón también lo era para gozar de sus derechos.
En 1920 fue autorizado el voto a todas las mujeres británicas que habían cumplido 20 años, en tanto que en España tal permiso se retrasó hasta el año 1931 a raíz de la proclamación de la Segunda República.

LAS ORGANIZACIONES OBRERAS

En los albores del capitalismo liberal la clase obrera, desprovista de los medios de producción y obligada a vender su fuerza de trabajo, se encontraba inerme ante los abusos de los patronos. La necesidad de defender sus intereses originó el movimiento obrero.

Éste gozó de mayor o menor fuerza en función del grado de industrialización de los países, pero en cualquier caso, en todos ellos, los trabajadores fueron agrupándose en organizaciones de clase, con el objetivo de mejorar sus condiciones laborales, salariales y sociales.
Tres fueron los principales formas de expresión asociativa en los que se organizó el movimiento obrero:

Los sindicatos

Con anterioridad a la industrialización moderna, existieron organizaciones, los gremios, que defendían en el seno de la actividad artesanal a los trabajadores de un determinado oficio. Regulaban la producción y controlaban hasta el más mínimo detalle. Los operarios tenían la oportunidad de ascender en la escala laboral según su pericia y méritos.

Frente a esas organizaciones de carácter preindustrial, los sindicatos nacieron como respuesta a los problemas planteados por la mecanización. Representaban a obreros desposeídos de la iniciativa y creatividad en el proceso productivo.

La total desprotección de éstos frente a los abusos de los capitalistas (prolongadas jornadas de trabajo, empleo infantil, mujeres mal remuneradas, fábricas insalubres, hacinamiento, despidos sin indemnización, miseria, etc), los empujó a organizarse en asociaciones para protegerse en caso de enfermedad, paro o inactividad huelguística.
Gremios y sindicatos respondían, por tanto, a circunstancias económicas y sociales distintas.

A finales del siglo XVIII, en Inglaterra, cuna de la industrialización, nacieron las primeras asociaciones de trabajadores, las llamadas sociedades de ayuda mutua (o "socorro mutuo"). Las integraban esencialmente artesanos que trabajaban bajo el Domestic System. Su objetivo era la unión de los obreros para conseguir mejoras laborales y salariales, operando como cajas de resistencia frente a adversidades como la enfermedad o el desempleo.
A finales de ese siglo, por medio de una legislación represiva, las “Combination Laws” (1799 y 1800), se prohibió todo tipo de asociacionismo obrero, con lo que las organizaciones de trabajadores pasaron a ser ilegales y hubieron de ejercer su actividad clandestinamente.

En Francia, durante la década de los treinta del siglo XIX también florecieron las sociedades de ayuda mutua. En la sigiente década el ambiente reivindicativo (libertad de asociación y reducción de la jornada laboral a diez horas) alcanzó su máxima expresión en la revolución de 1848.

Su fracaso y el advenimiento de Napoleón III al poder interrumpieron las perspectivas de mejora social.

En Inglaterra, tras la abolición de las Combination Laws (1824), el asociacionismo obrero progresó rápidamente, organizándose según dos modelos: sindicatos de oficio (Trade Unions) y cooperativas.
Ambos sistemas carecían de reivindicaciones políticas, éstas surgirían por primera vez con el cartismo.
En su origen, los Trade Unions británicos estuvieron constituidos por obreros de una localidad integrados en un mismo oficio y su propósito era prestar ayuda en caso de grave necesidad a sus miembros. Su financiación era atendida mediante aportaciones económicas que luego eran utilizadas en la asignación de pensiones y subvenciones varias.
Durante la década de los años treinta los Trade Unions fueron ampliándose y dejaron de estar limitados por oficio y localidad, abriéndose paso un sindicalismo de ámbito estatal.

En 1829, el dirigente obrero de origen irlandés Doherty, creaba el primer sindicato del algodón de implantación nacional. En 1834 Robert Owen reunió varios sindicatos de oficio en la Great Trade Union, alcanzando tal éxito que fue ilegalizado por el gobierno.

El fracaso de esta inciativa unificadora llevó a los líderes del movimiento obrero a plantearse la necesidad de intentar otras experiencias, en este caso políticas, hecho que se concretó en el cartismo. El principal instrumento de presión de que se valieron los sindicatos en sus reivindicaciones fue la huelga.

Los Trade Unions, aunque tolerados, no se constituyeron legalmente hasta 1871. Durante las siguientes décadas no dejó de aumentar su número y el de sus afiliados, a finales de siglo sumaban más de 2 millones. En el resto de Europa los sindicatos adquirieron importancia a lo largo del último tercio del siglo XIX.
Contaban con una cuidada organización, dependencias, financiación y funcionarios propios, constituyéndose en elementos indispensables en las relaciones laborales.
Así surgieron, entre otros: en Alemania la Asociación General de Trabajadores Alemanes (1863), en España la Unión General de Trabajadores (UGT, 1888), en Francia la Confédération Générale du Travail (CGT, 1895), en Estados Unidos el American Federation of Labor (AFL, 1886).

Las cooperativas

El cooperativismo tenía como objetivo cambiar el modo de producir y distribuir inherentes al capitalismo, basándose en la colaboración de productores autónomos agrupados en empresas de propiedad conjunta, regidas democráticamente.

Estuvo muy ligado al socialismo utópico premarxista.
Las cooperativas se organizaban normalmente bajo la fórmula de la factoría cooperativa de producción en un intento de sustituir a la empresa individual. Robert Owen fue la figura esencial en la creación del primer cooperativismo de producción, si bien fracasó en sus experiencias prácticas, como la de la comunidad de New Harmony (Estados Unidos). Igualmente se malograron otros intentos, como los falansterios de Fourier y los Talleres Nacionales creados en Francia tras la Revolución de 1848.

Sin embargo, las cooperativas de consumo tuvieron más éxito. Su objetivo era la venta de productos a bajo precio, para lo cual prescindieron de los intermediarios.
Ejemplo de este tipo de cooperativa fue el creado en la ciudad inglesa de Rochdale (Los Equitativos Pioneros de Rochdale, 1844).

Los partidos obreros

A pesar de los éxitos parciales obtenidos por las organizaciones sindicales, un amplio sector de la clase obrera llegó al convencimiento de que la única forma de destruir el capitalismo era mediante la lucha política. Se organizó para ello en partidos que recogieron en su seno variadas tendencias: desde las más radicales (marxistas ortodoxos) a las más moderadas de corte reformista (revisionistas, socialdemócratas).

El SPD alemán

El más claro exponente de partido político obrero fue el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), nacido en 1875 de la unión de diversas fuerzas entre la que destacaba la Asociación General de los Trabajadores Alemanes fundada por Ferdinand Lasalle en 1863.

Se trataba de un partido de inspiración marxista, aunque su práctica política fuese de corte reformista, alcanzó un elevado nivel de militancia y ejerció un gran peso en la vida política germana. Contribuyó a conseguir una avanzada legislación social en el período que precedió al estallido de la Primera Guerra Mundial, constituyendose en la principal fuerza política del país.
Frente a la guerra, el SPD propició la intervención de Alemania, viéndose sumido en una profunda crisis provocada por la división entre los que apoyaban dicha actuación y los que la rechazaban.

Uno de esos sectores se separó del partido constituyéndose en la Liga Espartaquista, que dio origen al KPD (Partido Comunista Alemán), adherido al Komintern (III Internacional comunista). Los espartaquistas protagonizaron en 1919 un levantamiento revolucionario en Alemania, similar al llevado a cabo por los bolcheviques rusos en 1917.

La rebelión fue aplastada por tropas de la República de Weimar, auxiliadas por grupos de la ultraderecha (Freikorps) y el mismo SPD.

La labor del SPD no fue exclusivamente política, hizo igualmente hincapié en aspectos culturales y educativos auspiciando la fundación de casas del pueblo, escuelas, publicaciones (diarios y semanarios), así como sociaciones de carácter lúdico.

Otros partidos obreros

Influidos en gran medida por el SPD fueron naciendo partidos obreros en otros países. En 1879 Pablo Iglesias fundó el PSOE (Partido Socialista Obrero Español), muy ligado al sindicato UGT (Unión General de Trabajadores), fundado en 1888.
En 1905 se constituyó la SFIO, (Sección Francesa de la Internacional Obrera), que daría lugar en 1969 al Partido Socialista Francés. Un año más tarde, en 1906, se funda Labour Party (Partido Laborista Británico), enlazado a los Trade Unions. En 1910 se organizan partidos equivalentes en Australia y Nueva Zelanda.


En Estados Unidos la fuerza de los partidos fue escasa, por contra, alcanzó más relieve la lucha sindical, destacando en ese sentido la AFL (American Federation of Labor), fundado en 1886, muy integrado en el capitalismo y ajeno al carácter revolucionario de las organizaciones europeas.
Todas estas formaciones ejercieron un destacado papel en la vida política de sus respectivos países, participando en las elecciones y ocupando escaños en los parlamentos.

Muchos de sus militantes lo fueron también de sindicatos afines (UGT en España, CGT en Francia, Trade Unions en Gran Bretaña). Estuvieron profundamente imbricados en el movimiento internacionalista y sufrieron sus avatares.

En nuestros días los partidos más relevantes de tradición obrera desempeñan una enorme importancia en la vida política. Se han desprendido de sus postulados revolucionarios marxistas y transformado en partidos de carácter reformista.

Las Internacionales obreras

Uno de los rasgos distintivos del socialismo de todo signo fue su carácter internacionalista. Carlos Marx y otros pensadores sostenían que, al margen de la nacionalidad a la que perteneciesen, los trabajadores de todo el mundo sufrían los mismos problemas.

Era por tanto necesario, aunar esfuerzos, intereses y objetivos para derrotar a la burguesía. El "Manifiesto comunista" lanzaba, al respecto, una consigna clara: “Proletarios de todos los países, uníos”.

Fruto de esa idea, surgieron organizaciones que intentaron servir de enlace entre grupos de trabajadores de diferentes países en pos de la consecución de la revolución universal. De entre estas iniciativas destacaron dos:

La Primera Internacional Obrera (1864-1876)

La Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) o I Internacional Obrera, adoptó como sede la ciudad de Londres y estuvo integrada por partidos, sindicalistas, socialistas, anarquistas y asociaciones obreras de variado signo. El encargado de redactar sus estatutos fue Carlos Marx.

Las diversas tendencias y sensibilidades que recogió, obstaculizaron en gran medida su funcionamiento.

En 1868, a raíz de la incorporación de Bakunin, la AIT sufrió una polarización que condujo a enfrentamientos entre dos tendencias irreconciliables: por un lado, la anarquista (con Bakunin a la cabeza), por otro, la marxista, cuyo liderazgo intelectual ostentó Marx.
Episodio decisivo en la división del movimiento internacionalista lo constituyó el fracaso de la Comuna de París (1871), experiencia de carácter revolucionario que surgió tras la derrota de Sedán (1870) sufrida por las tropas francesas de Napoleón III frente a Prusia.
Como consecuencia, el Segundo Imperio Francés dejó de existir (el emperador abdicó), abriendose paso la III República. Durante los primeros meses de ésta, la agitación política y social hicieron estallar en París una revolución que condujo a la instauración de una Comuna obrera.


Tras poco más de dos meses de autogestión, las autoridades republicanas, encabezadas por Thiers, reprimieron sangrientamente la primera tentativa de poner en práctica por vez primera una sociedad liderada por la clase trabajadora.

El fiasco de la Comuna de París agravó los enfrentamientos en el seno de la Internacional. En el Congreso de La Haya (1872), los anarquistas fueron expulsados de la organización, que pasó a ser controlada por los marxistas hasta su disolución en 1876.
Las razones que llevaron a ese enfrentamiento pueden resumirse en las siguientes:

Marx deseaba una organización estructurada en torno a una autoridad como forma de reforzar la eficacia de las decisiones adoptadas. Bakunin se oponía a cualquier control o jerarquía. Los anarquistas se definían a sí mismos como "socialistas antiautoritarios".
Marx depositaba las esperanzas de revolución en una acción organizada y preparada de la clase trabajadora, especialmente de los obreros industriales. Bakunin apelaba al individualismo y la espontaneidad, al tiempo que otorgaba al campesinado un importante protagonismo revolucionario. De hecho, el anarquismo fue más fuerte en países de economía agraria, como Rusia o España, que en los industrializados.
La dictadura del proletariado como vía transitoria a la sociedad comunista, una de las piezas fundamentales de la teoría marxista, era rechazada por Bakunin, al considerar que todo tipo de Estado, inclusive uno de trabajadores, constituía un peligro para las libertades individuales.
La intervención de la clase trabajadora en el juego político por medio de la creación de partidos obreros, e incluso su colaboración con partidos de carácter burgués si éstos apoyasen los intereses del proletariado, fue rebatida por Bakunin, quien sostenía que los obreros sólo debían organizarse en torno a sindicatos y no intervenir jamás en política (parlamento, elecciones, etc), ya que ello acabaría por desvirtuar su fuerza revolucionaria.

La Segunda Internacional Obrera (1889-1916)

Fue fundada en 1889. Su sede se estableció en Bruselas. Si la Primera Internacional había albergado en su seno -al menos en sus comienzos- una amplia gama de tendencias, la Segunda, una vez expulsados los anarquistas en 1893, adoptó una clara orientación socialista marxista.

La integraron una serie de partidos socialistas de distintas nacionalidades organizados en una federación.

Entre los objetivos fundamentales de la asociación destacó la búsqueda de una legislación que mejorara las condiciones de vida de los trabajadores (subsidios de desempleo, protección social, etc) y, de forma especial, el empeño en la instauración de la jornada de ocho horas.

Signos distintivos de la II Internacional fueron la institución de la jornada del Primero de Mayo como fiesta reivindicativa (Día Internacional del Trabajo), la del 4 de marzo (Día Internacional de la Mujer Trabajadora) y el famoso himno conocido como de la Internacional.

Entre los principales problemas a los que hubo de enfrentarse, destacó el de la controversia ideológica de dos grupos:

El radical, compuesto por los marxistas ortodoxos, partidarios de una revolución como fórumula para destruir el capitalismo y cambiar la sociedad. Una de sus principales figuras fue Rosa Luxemburgo.

El más moderado, de carácter reformista, denominado “revisionista”, pues discutía algunos puntos de la teoría marxista, como el de la lucha de clases o el materialismo histórico. Entre sus representantes destacó Eduard Bernstein, que preconizaba llegar al socialismo mediante una vía pacífica con la participación de los trabajadores en el juego parlamentario.
La Segunda Internacional recibió el golpe de gracia tras el estallido de la Primera Guerra Mundial, conflicto que fue incapaz de evitar.
La clase trabajadora, dividida entre los sentimientos patrióticos y el ideal de solidaridad internacional, optó por los primeros, se enroló en los ejércitos contendientes y abandonó la causa que inspiraba la organización.

No pudiendo resolver esa contradicción, en 1916 se disolvía la Internacional.

En 1917, a raíz del triunfo de la Revolución Rusa, se impusieron las tesis de aquellos que, como Lenin, el líder de los bolcheviques, abogaban por las tesis marxistas más radicales.

En 1919 se fundó, una Tercera Internacional, la llamada “Komintern”, de carácter comunista, alejada, por tanto, de las tesis reformistas revisionistas y muy condicionada por los intereses de la URSS.