domingo, 11 de septiembre de 2011

La muerte de Allende fue un acto de combate.

por Ulises Estrada Lescaille
A los cobardes que después de la acción más heroica que haya emprendido presidente latinoamericano alguno, tratan de desmeritarlo, 30 años después les digo que para nosotros Allende murió en combate y que si hubo suicidio, este no fue más que su último acto como combatiente.

"DEFENDERÉ CON MI VIDA LA AUTORIDAD QUE EL PUEBLO ME ENTREGÓ", fueron las palabras del compañero Presidente Salvador Allende al pueblo de Chile en su última alocución, mientras La Moneda era atacada por los militares fascistas el 11 de Septiembre de 1973



Un año antes, el 13 de diciembre de 1972, ante el pueblo de Cuba que lo escuchaba en la Plaza de la Revolución José Martí de La Habana, había adelantado aquel juramento al afirmar que defendería con su vida el legado que el pueblo chileno le había entregado en las elecciones presidenciales de 1970.

Y cumplió su promesa. De su cuerpo solo pudieron arrancar la banda presidencial luego de muerto y solo muerto salió de La Moneda.

Los golpistas han tratado de presentar su muerte como consecuencia de un suicidio.

Pero jamás reconocieron que, acosado por fuego de artillería, tanques y bombardeo aéreo, aquel gran revolucionario resistió con valentía y heroísmo más de seis horas la embestida de los émulos de Adolfo Hitler, liderados por el fascista mayor y traidor Augusto Pinochet.

Todavía hoy sus enemigos pretenden disminuir el heroísmo de Allende. Y no solo los de antaño promueven esta tesis. El diario La Tercera, el cual ha venido reportando el intenso debate entre las diferentes fuerzas políticas del país en torno al homenaje a Allende en el 30 Aniversario de su muerte en combate, hizo referencia a los dos presidentes "suicidas": José Manuel Balmaceda y Salvador Allende.

Treinta años después se repite la manipulación de los hechos por omisión, una maniobra denunciada muy tempranamente por el Comandante en Jefe Fidel Castro, quien en un discurso en La Habana, el 28 de septiembre de 1973, en solidaridad con el pueblo chileno y homenaje póstumo al doctor Salvador Allende, luego de conocer la versión que teníamos entonces sobre los acontecimientos ocurridos en La Moneda, advertía que "Los fascistas han tratado de ocultar al pueblo de Chile y al mundo este comportamiento extraordinariamente heroico del presidente Allende. Para ello han tratado de enfatizar la versión del suicidio. Pero si incluso, Allende, herido grave, para no caer prisionero del enemigo hubiese disparado contra sí mismo, (anoto en esto la referencia de uno de los jefes militares del Golpe que dijo que Allende había sido herido por un capitán), ese no sería un demérito sino que habría constituido un gesto de extraordinario valor."

Y continuaba Fidel en su análisis de aquellos tristes sucesos: "Calixto García, una de las figuras más gloriosas de nuestra historia, cayó prisionero del enemigo. Y cuando a la madre le informaban que su hijo estaba prisionero, ella dijo: ¡ese no puede ser mi hijo! Pero cuando le dijeron que antes de caer prisionero se disparó un tiro para privarse de la vida, ella dijo: ¡ah, entonces sí, ese es mi hijo!" A los cobardes que después de la acción más heroica que haya emprendido presidente latinoamericano alguno, tratan de desmeritarlo, 30 años después les digo que para nosotros Allende murió en combate y que si hubo suicidio, este no fue mas que su último acto como combatiente.

Porque, ¿cual era la alternativa? ¿qué le ofrecían Pinochet y sus esbirros al presidente elegido por el 36,4 por ciento de los votos contra sus dos adversarios del Partido Nacional y la Democracia Cristiana y legitimado por el Congreso? Le ofrecían un avión para que saliera del país con sus familiares más allegados, lo cual significaba el abandono de su sagrado compromiso con el pueblo. Y ello al margen de la hoy más que probada intención de Pinochet de derribar ese avión en pleno vuelo.

La decisión de Allende de resistir hasta el final, cuando ya La Moneda estaba semidestruida por el fuego de los tanques y luego por la aviación, sea cual fuese la forma en que murió, acredita que fue en combate y dejando un legado para la historia de América Latina que las juventudes actuales y futuras deben recordar.

El camino hacia la victoria revolucionaria está plagado de obstáculos y cuando el enemigo con su poderío nos ocasiona una derrota, la historia exige que los seguidores sean capaces de mantener el rumbo. Como dijera el Che, y cito: que otra mano se tienda para empuñar nuestras armas, y otros hombres se apresten a entonar los cantos luctuosos con tableteo de ametralladoras y nuevos gritos de guerra y de victoria.

Un Presidente Popular que incomodaba a los poderosos

Salvador Allende nació en Valparaíso el 26 de junio de 1908 y mostró dotes de líder desde muy joven como presidente del Centro de Alumnos de Medicina, vicepresidente de la Federación de Estudiantes de Chile y miembro del Consejo Universitario, a tal punto que fue expulsado de la Universidad durante el gobierno de Ibáñez por las luchas estudiantiles que protagonizaba.

Encarcelado en 1932 al ser derrocada la breve República de Marmaduke Grove, en ese propio año funda junto a Grove el Partido Socialista y es designado un año después secretario general de esta organización política, volviendo a prisión en 1935. Elegido posteriormente como Diputado ante el Congreso de la República, renuncia en 1939 para asumir la Cartera de Salubridad del gobierno del Frente del Pueblo.

Ya en 1942 Allende asume la Secretaría General del Partido Socialista de Chile y es elegido senador de la República, para diez años después aspirar por vez primera a la presidencia de la República por el Frente del Pueblo. Como senador, en 1954 es elegido vicepresidente de esa alta cámara y vuelve a presentarse dos veces (1958 y 1964) como candidato a la presidencia, perdiendo las elecciones en el primer caso frente a Jorge Alessandri, y luego contra Eduardo Frei, aunque en la ultima ocasión obtendría un millón de votos. En 1966 ya es designado presidente del Senado y ese mismo año participa en la I Conferencia Tricontinental celebrada en La Habana.

Al morir el Che y ser detenidos en Iquique tres cubanos sobrevivientes de su gesta histórica, Allende intrcede para que los trasladen a Santigo y viaje con ellos a Tahití donde los entrega al Embajador cubanos en Francia, Baudilio Castellanos. Siendo senador en 1969, se crea la Unidad Popular integrada por comunistas, socialistas, el MAPU, el social demócrata PADENA, el Partido Radical y Acción Popular Independiente (luego pasaron a la oposición), quienes lo proclaman su candidato a la presidencia.

Triunfa en las elecciones frente a Radomiro Tomic (DC) y Jorge Alesandri (PN) y el 4 de noviembre de 1970 asume la máxima magistratura del país.Estos son breves antecedentes de la vida política del mártir de La Moneda.

¿Por qué se opusieron la derecha política y la oligarquía chilena a la victoria electoral de Allende? ¿Por qué se opuso el gobierno de Washington a través de su agencia de espionaje y subversión, la CIA? ¿Por qué se opusieron consorcios norteamericanos, entre ellos como más destacado, la ITT?

Ya desde 1964, previendo una posible victoria electoral de Allende, el entonces Secretario de Estado Dean Rusk en carta enviada a la Casa Blanca señaló: "Estamos haciendo nuestro mayor esfuerzo encubierto para reducir la oportunidad de que Chile sea el primer país americano en elegir como Presidente a un marxista declarado" En ese mismo año la CIA entregó tres millones de dólares a Eduardo Frei Montalva en apoyo a su campaña presidencial contra Allende.

La primera acción terrorista contra Allende como presidente electo se produce poco menos de un mes antes de su toma del poder, cuando un grupo fascista trata de secuestrar al jefe del Ejército, General René Schneider, el 22 de octubre de 1970 con el objetivo de crear inestabilidad en el país y las Fuerzas Armadas para evitar que el Congreso ratificara a Allende como presidente. Schneider muere en el complot y entonces se pone en marcha un plan de Eduardo Frei Montalva: unir los votos de la Democracia Cristiana y el Partido Nacional en el Congreso para elegir a Alessandri y luego promover un nuevo llamado a elecciones en las que Frei resultaría vencedor. Para Frei Montalva, era inadmisible que el país fuese gobernado por un presidente marxista. Y aunque Alessandri se opuso a esta alternativa por haber declarado públicamente que quien ganara por un voto de diferencia sería el vencedor, la mayoría de la derecha apoyó las posiciones antimarxistas de Frei.

¿Qué medidas adoptó el gobierno de Allende desde sus inicios que concitaron esa actitud en sus adversarios? Todas fueron de carácter popular. Y en todas respetó las leyes establecidas por la burguesía y les concedió un papel políticamente beligerante a las Fuerzas Armadas.

A solo una semana de su toma de posesión, Allende dictó varios decretos encaminados a reducir el alza del costo de la vida en beneficio, principalmente, de la gran masa desposeída que había sido tan explotada y puso, además, en libertad a todos los presos y detenidos por razones políticas que existían en el país.

Pero las medidas determinantes fueron sin dudas la decisión de nacionalizar entre otros las industrias del carbón, la salitrera y el cobre, sin indemnizar a los propietarios de las empresas Anaconda y Kennecot, con lo cual se enfrentó a los poderosos intereses norteamericanos en el país, presentando una reclamación el gobierno de los Estados Unidos e América.

Esas nacionalizaciones incluyeron los bienes de la ITT, un consorcio norteamericano de materiales ferrosos, la industria textil y otras menores y una parte importante de la banca, incluyendo nueve bancos estdounidenses. Pero además, la Unidad Popular decretó la reforma agraria para quienes poseyeran más de 80 hectáreas de tierra, estableció el monopolio estatal para las ventas del cobre; intervino a la agencia automovilística Ford por medidas arbitrarias tomaas contra sus trabajadores, puso bajo control el movimiento de las divisas, y tomó medidas para el mejoramiento del sistema de salud y la atención a la población, entre muchas otras acciones que favorecían a la población y contribuían a garantizar la soberanía e independencia económica del país. No sobra recordar que todas estas medidas se basaban en la Constitución, en leyes existentes desde el gobierno de Mamaduke Grover a finales de la década del 30 e incluso algunas del gobierno de Frei Montalva. No hubo, por lo tanto, acción inconstitucional alguna.

Allende además, luchó por la unidad de la izquierda, algunas de cuyas fuerzas lo presionaban constantemente, exigiendo de él medidas más drásticas o como decían algunos: más revolución; sin tener en cuenta que Allende solo podía No puedo dejar de decir que la propia división de la izquierda impidió una unidad monolítica del pueblo al lado de su gobierno revolucionario en los momentos cruciales. Muchas veces hablamos con diferentes dirigentes de izquierda para hacerles comprender que sin la unidad de las fuerzas revolucionarias junto al pueblo no podría consolidarse una Revolución verdadera.

En cuanto a la derecha, el presidente constitucional de Chile trató de dialogar, principalmente con la Democracia Cristiana, pero no pudo lograr acuerdo alguno debido a las exigencias y ataques de aquellos grupos políticos, liderados por la Democracia Cristiana, junto al Partido Nacional, Renovación Nacional, Unión Democrática Independiente, el PIR y Patria y Libertad, que ponían en entredicho la autoridad presidencial y en la práctica terminaron siendo los principales promotores del Golpe. De ellos nació el acuerdo aprobado en el Congreso el 22 de agosto del año 73 acusando a Allende de graves y reiteradas violaciones de los derechos humanos y la exigencia de un plebiscito.

Y aunque en varias ocasiones Allende habló del Golpe de Estado que sabía se estaba gestando, también mantuvo el diálogo con las Fuerzas Armadas. Más de diez altos jefes militares fueron ministros de su Gabinete en diferentes periodos: entre ellos el Jefe de Carabineros General, José María Sepúlveda en el Ministerio de Tierras; el comandante en jefe de la Fuerza Aérea, César Ruíz Danyau en el ministerio de Obras Públicas y Transporte y el Comandante en Jefe del Ejército, Carlos Prats, en el Ministerio del Interior, cargo en el que por orden constitucional sustituía al Presidente en su ausencia.

Los últimos militares designados en estas posiciones lo fueron el 27 de agosto de 1973, catorce días antes del Golpe de Estado. Es decir que, conociendo Allende que había una conspiración militar en juego, mantuvo su confianza en las Fuerzas Armadas como institución constitucional, y ni siquiera eso impidió que los fascistas ejecutaran su traidora asonada.

Desde octubre de 1972, los militares, principalmente miembros de la Fuerza Aérea, salían a las calles y, amparándose en la Ley de Control de Armas, cerraban vías, detenían automóviles, hacían registros, detenciones arbitrarias y generaban un estado general de intranquilidad en la población, con irrespeto incluso de los autos diplomáticos, muchos de los cuales fueron detenidos y registrados, exceptuando los de la Embajada de Cuba, pues jamás permitimos tal humillación.

Recuerdo que el 8 de septiembre de 1973, celebrábamos el cumpleaños de Beatriz Allende en las afueras de Santiago, cuando los militares establecieron un cierre en la vía por donde debíamos para en camino hacia el centro de la capital. Con el Presidente y Beatriz se encontraban dirigentes del Partido Socialista, algunos ministros y cinco cubanos amigos de la familia. Allí estuvo el general Prats reunido con Allende en privado, suponemos que tratando la difícil situación en las Fuerzas Armadas luego de la renuncia de Prats a la jefatura del Ejército El ambiente era de escepticismo por la posibilidad de un golpe de estado. Pero al retirarse Prats, el Presidente saludó a los asistentes, conversó con algunos y se dispuso a jugar ajedrez, con aspecto sereno, tranquilo.

De regreso a la ciudad, Juan Carretero, entonces consejero de la embajada cubana, mi esposa y yo, salimos dispuestos a no dejarnos registrar. Al identificarnos como de la Embajada de Cuba nos dejaron pasar.

Acciones contra el pueblo. Golpe en marcha

En su política represiva, los militares asaltaron la fábrica SUMAR, hicieron detenciones, vejaron a los trabajadores, registraron un cementerio e incluso abrieron tumbas. Allende ordenó que estos operativos cesaran, mientras que los partidos Socialista y Comunista presentaban una protesta pública, pero los militares fascistas que dirigían a los soldados hicieron caso omiso de la orden presidencial. Evidentemente, pensábamos los cubanos, las condiciones para el Golpe de Estado se estaban creando aceleradamente.

No es ocioso recordar en este punto que cuando visitó Chile en 1971 y luego de presenciar manifestaciones callejeras de la derecha y conocer de cerca las campañas contra Allende y las acciones terroristas, Fidel Castro dijo que había visito en Chile "los comienzos del fascismo." En marzo de 1972, el periodista Jack Anderson del Washington Post había revelado documentos que mostraban el papel de la Internacional Telephone and Telegraph (ITT), instigando a un levantamiento militar para que Allende no pudiera ascender al poder en 1970 y que posteriormente continuó trabajando con la derecha política y algunos militares para derrocarlo. Estas acciones sucias contaron, por supuesto, con la participación activa y entusiasta de la CIA.

Mientras tanto, el gobierno de la Unidad Popular -que finalmente quedó integrado por los Partidos Socialista, Comunista, MAPU, Obrero Campesino, Partido Radical e Izquierda Cristiana- era constantemente atacado por la derecha y sus medios, por sus relaciones con Cuba en lo que llamaron la penetración cubana en ese proceso. Aun así, grupos empresariales mostraban interés en negociar con Cuba, entre ellos la organización derechista SOFOFA que hacía todo lo posible por negociar con la Isla. Nuestra Oficina Comercial en Chile y misiones cubanas que viajaban a ese país, eran receptivas a estos intereses que redundarían en beneficio bilateral. En septiembre de 1971, cooperativas agrícolas y productores chilenos acordaron la exportación a Cuba de cebolla, ajo y por otras vías madera, vino y salitre, por un monto de unos 30 millones de dólares, al valor de esa época. El salitre fue comprado a Chile en calidad de ayuda, pues no era imprescindible su adquisición. Cuba exportaba a Chile azúcar, café y tabaco y donó al hermano país 40 000 toneladas de azúcar por un valor aproximado de 10 millones de dólares, así como le otorgó un préstamo de leche en polvo para contribuir a asegurar el medio litro de leche diario a la población, prometido por Allende. Pero en cuanto comenzaron a reintegrarnos esa leche, se montó una infame campaña de prensa basada en que el Presidente Allende estaba regalando la leche a Cuba. Igual pasó con otros acuerdos comerciales que fueron rechazados por la derecha política y la prensa reaccionaria.

En 1972 se concreta una compra de frutillas (posturas de fresa) a través de David del Curto, allegado a Belisario Velazco, quien había sido viceministro del Interior del gobierno de Frei y no mantenía una posición anticubana. El periódico La Tribuna publicó en su primera plana que esto obedecía a un regalo a Cuba del presidente Allende.

Paralelamente a las acciones políticas de la derecha para debilitar y derrocar al gobierno del presidente Allende, y las acciones de militares fascistas y grupos terroristas, como Patria y Libertad, amamantado y financiado por la CIA, desataron una ola de terror en el país, fundamentalmente en Santiago, la capital, que tuvo entre sus principales objetivos a los cubanos acreditados por nuestra Embajada en ese país.

Una de esas acciones terroristas tiene lugar el 8 de junio de 1971 con el secuestro y asesinato del ex viceministro del Interior del gobierno de Frei, Edmundo Pérez Zujovic, cuyos asesinos fueron descubiertos y muertos en enfrentamiento con la policía. En el crimen apareció implicado tiempo después un alto oficial del Ejército que fue juzgado y condenado por los tribunales. Sin embargo, por esta acción fue allanada la residencia del Consejero Comercial cubano, Mitchel Vázquez, debido a una denuncia apócrifa según la cual los asesinos se encontraban escondidos en su casa.

Afortunadamente, el operativo policíaco fue dirigido por Eduardo (Coco) Paredes, jefe de la Policía de Investigaciones y militante del Partido Socialista, quien al conocer la identidad de sus inquilinos, que no se encontraban en la vivienda, comprendió la infame maniobra.

Allende tuvo que enfrentar intentos de atentados personales y dos Golpes de Estado anteriores al de Pinochet, uno el 30 de septiembre de 1972, dirigido por el general Alfredo Canales y otro el día 29 de junio de 1973, comandado por el coronel Roberto Souper que fue sofocado por el propio Jefe de Estado, llevando consigo el fusil AK que le había regalado el comandante en Jefe.

En la madrugada del 27 de julio su Edecán Naval, el Capitán de Navío Arturo Araya, es asesinado por un comando terrorista.

Me entero de esta barbarie mientras celebrábamos el 26 de Julio en la casa de Coco Paredes y parto de inmediato a la Embajada. En tránsito hacia nuestra misión por la calle Pedro Valdivia, al pasar por la esquina de la casa de Araya, los carabineros abren fuego contra mi auto, a pesar de tener chapa diplomática, les respondo y se dispersan para protegerse. Al fin llego ileso a nuestra sede. Increíblemente, Luis Fernández Oña, ministro Consejero de la Embajada cubana y esposo de Beatriz, una de las hijas de Allende, es presentado por la prensa amarilla como posible autor de este crimen.

Para entonces, el grupo terrorista Patria y Libertad había sistematizado el envío a los diplomáticos cubanos de una nota que decía: "Remember Jakarta", refiriéndose a la matanza de comunistas ocurrida en Indonesia y al ataque a la Embajada China, con el cual pretendían decirnos que nos pasaría lo mismo.

La reacción no podía aceptar los vínculos económicos entre los dos países y los terroristas trabajaban para entorpecerlos, colocando bombas explosivas en las casas de los funcionarios del Ministerio de Comercio Exterior. Adicionalmente, el 3 de julio de 1973 un auto en movimiento ametralla nuestra oficina comercial en horas de la noche.

En ese propio mes se coloca un artefacto dinamitero en la escuela de los niños cubanos, quienes, afortunadamente no se encontraban en el lugar en el momento del vandálico hecho.

Durante el mes de agosto se colocan bombas en las residencias del Embajador de Cuba, Mario García Incháustegui y de los compañeros que trabajaban en la Oficina Comercial, Mitchel Vázquez, su jefe y Nelly Cubillas, su esposa y los funcionarios Pedro Orlando Fernández, Dionisio González y Andrés Martínez, cuyo auto fuera destrozado por el impacto. Anteriormente, el compañero José Albite, representante de una empresa comercial cubana que se encontraba en negociaciones en el país, fue detenido acusado de violar el toque de queda. En el Ministerio de Defensa, donde lo condujeron, los militares lo esposaron, desnudaron y sometieron a abusos y vejaciones, interrogándolo sobre su posible participación en actividades guerrilleras por orden de un tal general Bravo. Por gestiones del embajador Incháustegui, Albite fue puesto en libertad pendiente de un proceso judicial que no llegaría a realizarse.

Ante este brutal asedio y con la autorización expresa del presidente Allende, decidimos prepararnos para repeler cualquier agresión directa de que fuéramos víctimas y defender nuestras vidas y la soberanía cubana representada en la sede diplomática, al precio que fuera necesario.

Nos preparamos, nos organizamos, construimos refugios con el apoyo de constructores cubanos en la embajada, un puesto médico, soterramos agua, colectamos alimentos enlatados, y, por supuesto alistamos nuestras armas. Convencidos de que con pueblo solo no se podía hacer la Revolución, hacían falta las armas. Y con las armas solo no se podía hacer la Revolución. Hacía falta también el pueblo, también apoyamos a los partidos Socialista y Comunista en su preparación para defender la Revolución que estaban tratando de construir. En menor cuantía apoyamos igualmente al MAPU y la Izquierda Cristiana, preparando a sus hombres para combatir si era necesario.

En ese sentido cumplíamos estrictamente las instrucciones de la dirección de nuestro Partido de hacer solo lo que solicitara o autorizara el Presidente Allende. Nada hicimos a sus espaldas. El sabía que el Golpe vendría y había que preparar a las fuerzas que apoyaban al gobierno para defender su Revolución. Y eso hicimos. En algunos casos con el conocimiento del general Prats y de Sepúlveda, el jefe de Carabineros, a quienes Allende informaba de algunas de estas actividades, cosa que no nos agradaba nada.

Por eso el Golpe de Estado no nos sorprendió a los cubanos. Un poco antes de las seis de la mañana del día 11, una amiga me llamó desde Valparaíso para informarme que estaba en camino el Golpe. De inmediato llamé al oficial de guardia de la Embajada y ordené poner CANDADO, que era la clave de movilización de todo el personal cubano ante un Golpe de Estado para, una vez en la sede diplomática, ocupar los respectivos puestos de defensa.

A las siete y treinta todo el mundo estaba listo y en el lugar asignado. Llamé a Carlos Altamirano, secretario general del Partido Socialista y a Samuel Riquelme, segundo jefe de la Policía de Investigaciones y miembro de la Comisión Política del Partido Comunista, para conocer qué sabían del golpe. Ellos no sabían nada hasta ese momento.

La Embajada estaba en Los Estanques y Pedro Valdivia, cerrada con unos grandes agua soterrada bajo una elevación de tierra al fondo y en el único acceso que teníamos por Pedro de Valdivia, se situaron terroristas de Patria y Libertad con grandes tanques ardiendo y armas visibles. Los edificios aledaños fueron tomados por el Ejército, que situó ametralladoras en los balcones, bien al descubierto. Detrás de las persianas, nosotros observábamos, sabíamos dónde estaban ellos, pero ellos no sabían dónde estábamos nosotros.

Es cierto que combatimos en dos ocasiones contra los militares golpistas y hoy puedo decir que en las dos ocasiones los derrotamos.

Tras el primer ataque, sobre el mediodía, que respondimos de inmediato, se comunicó con nuestro embajador el Almirante Carvajal amenazando con que nuestros disparos podían dar lugar a una respuesta fuerte y decidida. Nos atacan y luego nos amenazan. El embajador respondió que eran ellos quienes habían disparado y que nosotros nos defenderíamos ante cualquier nueva agresión. Poco después llegó a la Embajada el Embajador sueco, Ernest Edelstam ofreciendo a Incháustegui llevarnos agua y comida y su disposición de quedarse con nosotros ante la seguridad de que seríamos atacados nuevamente.

Ya entrada la noche, el Comandante O’Paso llamó por teléfono y habló con el embajador para pedirle que el compañero Luis Fernández Oña los acompañara a recoger a la esposa de Allende y a sus hijas, según dijo con el objetivo de entregarles el cadáver del Presidente para que le dieran sepultura en Valparaíso. El capitán Gac quien habló posteriormente por teléfono conmigo, dijo que él era quien recogería a Luis y al yo alertarle del peligro que ello entrañaba por el cerco militar que tenía la embajada, se comprometió a tomar todas las medidas y que él iría a pie, por el centro de la calle a recogerlo. No cumplió su palabra. Fueron ellos los que dispararon con ráfagas de ametralladora cuando Luis y el Embajador salieron a la puerta a esperar al capitán que había vuelto a llamar anunciando que se dirigía a la embajada. Fueron ellos los que traidoramente abrieron fuego contra nuestros compañeros y fuimos nosotros quienes respondimos a esta agresión con todas nuestras posibilidades causándoles un número indeterminado de bajas que los obligó a replegarse.

Unos minutos más tarde llamó por teléfono el general Benavides para reclamarnos que estábamos disparando con un alto poder de fuego, que utilizamos balas trazadoras, que de la Embajada salían bolas de candela. Añadió que pondrían sus armas al nivel de las nuestras y que si no regresábamos a Cuba, nos bombardearían. Aquella era la segunda gran amenaza directa de los fascistas contra nosotros.

Respondí que si volvían a atacarnos responderíamos con más fuerza aun, con todas nuestras armas; que en esos momentos no teníamos los medios disponibles para regresar a Cuba y que antes había que discutir con nosotros las condiciones de ese regreso. Todo indicaba que el objetivo principal de ellos no era combatir directamente contra nosotros, lo importante era que solo saliéramos de la Embajada para regresar a Cuba, ante el temor de que pudiéramos convertirnos en una fuerza beligerante que se uniera a la resistencia que ya le hacían grupos de izquierda, acción que francamente no estaba entre nuestros objetivos.

En su primera comparecencia por TV en horas de la noche, Augusto Pinochet había anunciado la ruptura de las relaciones diplomáticas con Cuba y Corea.

El coronel Uros Domic fue el designado para negociar nuestra salida. Había estado con el Comandante en Jefe cuando visitó Chile, era amigo de nuestro Embajador y los hijos de ambos mantenían muy buenas relaciones personales.

El Embajador y yo dirigimos la negociación. Nos preguntaron si teníamos refugiados políticos en la Embajada, aclarando que no podrían acompañarnos la periodista Fridda Modak -que no estaba en la Embajada- ni Max Marambio que sí estaba, aunque no refugiado si no como un compañero más que compartía con nosotros la defensa de la Embajada. Personalmente hablé con Max cuando ya contábamos con la protección del embajador sueco Ernest Edelstam. Teníamos dos decisiones a tomar: quedarnos con Max y exponer a los 142 cubanos que se encontraban en nuestra sede, incluyendo 22 mujeres, o irnos y dejarlo a él protegido por el sueco. Max no titubeó un instante, me pidió que nos fuéramos, que él se las arreglaría con el sueco.

Planteamos a Domic que era necesario nos autorizaran a llevarnos nuestros documentos de archivos que estaban embalados en cajas. Planteó consultar y dispusieron que se presentara el jefe de Protocolo de la Cancillería, el cual en un gesto amistoso dijo que las leyes internacionales amparaban, ante la ruptura de relaciones, el derecho a llevarnos nuestros archivos. No tengo dudas que los militares sabían que no eran archivos lo que nos llevábamos en tantas cajas sino armas, pero lo importante para ellos era que nos fuéramos.

Nos fuimos y nos llevamos nuestras armas con la excepción de algunas que no habíamos podido entregar porque el Partido que las recibiría no acudió a la cita y otras que eran para el MIR, y que Allende nos había orientado entregarlas solo cuando se produjera el Golpe, algo que las condiciones no nos permitieron cumplir por estar rodeada la Embajada cuando fueron a recogerlas. Posteriormente Max las entregó todas al MIR.

Hasta aquí llega nuestro relato, aunque a 30 años de aquellos hechos creo que quedan muchas cosas por decir y faltan muchas otras por hacer.

El Presidente Allende fue un gran patriota chileno y latinoamericano, un hombre honrado, íntegro, solidario, de inigualable condición humana, cariñoso. Alegre y extrovertido, de una disciplina y capacidad de trabajo enorme, de una plena identificación con su pueblo.

No olvido que una semana antes del Golpe, el 4 de septiembre, reunió en La Alameda a un millón de personas para celebrar el tercer aniversario de su advenimiento al poder. El pueblo estaba con él. Como lo está con su memoria 30 años después.

Por eso hoy, aunque el fascismo avanza con pasos de gigante en diversos confines del planeta bajo la égida del gobierno imperialista de George Bush y cientos de miles de seres humanos son víctimas de sus genocidas agresiones, sostengo la certeza que Allende nos legara al advertir que más temprano que tarde se abrirán las grandes Alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor. Y no solo en Chile sino en el mundo entero.

Ulises Estrada Lescaille

Fuente: http://www.voltairenet.org/La-muerte-de-Allende-fue-un-acto

Una demolición profesional, controlada, puede explicar el desplome de los tres edificios del World Trade Center el 11 de Septiembre de 2001.

Ex consejero de George W. Bush denuncia un complot de Estado

22-06-2005

Al hacer público un análisis detallado de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, Morgan Reynolds declaró el 12 de junio de 2005: «Si los tres rascacielos de acero del World Trade Center se desplomaron verdaderamente por una demolición controlada, entonces la hipótesis de una conspiración interna y de un atentado gubernamental contra el pueblo norteamericano sería irrefutable».



M. Reynolds es actualmente profesor emérito de Economía en la universidad A&M de Texas. Fue consejero económico de George W. Bush, encargado de atender el Ministerio de Trabajo durante el primer mandato presidencial. En el pasado fue director del Centro de Justicia Penal del National Center for Policy Analysis de Dallas. «Es imposible negar la existencia del debate científico alrededor de las causas reales del desplome de las torres gemelas y de la Torre 7. La tesis oficial se contradice. Únicamente una demolición profesional, controlada, puede explicar todos los elementos probados en la investigación sobre el desplome de los tres edificios». Por otra parte, Morgan Reynolds agregó que los expertos en explosivos y construcciones fueron sistemáticamente apartados e intimidados durante toda la investigación conducida por la comisión gubernamental Kean.

http://www.redvoltaire.net/article5965.html
El ex jefe del Departamento del Trabajo dice que la versión oficial es "falsa"


Un ex miembro del equipo de Bush dice que el colapso de las torres gemelas fue probablemente una demolición controlada y un “trabajo interior”

Greg Szymanski
FTW

Traducido para Rebelión por Germán Leyens

Un ex economista jefe del Departamento del Trabajo durante el primer período del presidente Bush considera ahora que la versión oficial sobre el colapso del World Trade Center (WTC) es ‘falsa’, y dice que es más probable que una demolición controlada haya destruido las torres gemelas y el adyacente edificio Nº 7.

“Si tres rascacielos de acero en el WTC fueron destruidos por demolición el 11-S, el caso para un ‘trabajo interior’ y un ataque gubernamental contra EE.UU. sería convincente,” dijo el doctor Morgan Reynolds, ex miembro del equipo de Bush que también sirvió como director del Centro de Justicia Penal en el Centro Nacional de Análisis Político en Dallas, Texas.

Reynolds, que ahora es profesor emérito en la Universidad A&M de Texas, cree también que es ‘casi imposible’ que 19 terroristas árabes hayan podido superar solos a los poderosos militares de EE.UU., y agregó que las conclusiones científicas sobre el colapso del WTC podrían ser la clave para descifrar toda la misteriosa conspiración detrás del 11-S.

“Es difícil exagerar la importancia de un debate científico sobre la (s) causa (s) del colapso de las torres gemelas y del edificio 7,” dijo Reynolds esta semana desde sus oficinas en Texas A/M. “Si el saber oficial sobre los colapsos es erróneo, como creo que es el caso, entonces la política basada en un semejante análisis erróneo de la ingeniería tampoco será correcto. La teoría del derrumbe del gobierno es altamente vulnerable de por sí. Sólo una demolición profesional parece explicar toda la gama de factores asociados con el derrumbe de los tres edificios.

“Más importante aún, habría consecuencias políticas y sociales trascendentales si observadores imparciales concluyeran que la implosión del WTC fue causada por profesionales. Mientras tanto, el trabajo de científicos, ingenieros e investigadores imparciales en todo lugar es hacer un análisis científico y de ingeniería correcto del 11-S.”

Sin embargo, dijo Reynolds, “hacer un análisis correcto en el actual Estado de seguridad” sigue siendo un desafío, porque estima que expertos en explosivos y estructuras han sido intimidados en sus análisis de los colapsos del 11-S.

Desde el comienzo, la administración Bush afirmó que el carburante incendiado de los aviones causó el derrumbe de las torres. Aunque numerosos investigadores independientes han estado en desacuerdo, les ha sido difícil refutar la teoría del gobierno ya que la mayor parte de la evidencia fue removida por la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) antes de una investigación independiente.

Los críticos afirman que la administración Bush ha tratado de encubrir la evidencia y que la reciente Comisión 11-S no ha considerado la principal evidencia que contradice la versión oficial del 11-S.

Algunos hechos que demuestran las fallas en la teoría del carburante de jet del gobierno incluyen:

- Fotos que muestran a gente caminando por el agujero en la Torre Norte, en la que supuestamente ardían 10.000 galones de carburante de jet.

- Cuando fue impactada la Torre Sur, la mayor parte de las llamas de la Torre Norte ya habían desaparecido, después de haber ardido durante sólo 16 minutos, lo que las hacía relativamente fáciles de contener y controlar sin un derrumbe total.

- El fuego no se expandió con el tiempo, probablemente porque se acabó rápidamente el combustible y se estaba sofocando, lo que indica que sin artefactos explosivos adicionales hubiera sido fácil controlar los incendios.

- Los bomberos del Departamento de Incendios de Nueva York siguen bajo una estricta orden de silencio del gobierno para que no discutan las explosiones que escucharon, sintieron y vieron. El personal de la Administración Federal de Aviación (FAA por sus siglas en inglés) se encuentra bajo una orden mordaza similar respecto al 11-S.

- Incluso el defectuoso Informe de la Comisión del 11-S reconoce que “ninguno de los jefes (de bomberos) presentes creía que fuera posible un colapso total de ninguna de las dos torres”.

- Nunca antes edificios con armazón de acero habían sido llevados a derrumbarse por incendios, con la excepción de los tres edificios del 11-S, ni ha vuelto a ocurrir algo semejante desde el 11-S en un edificio elevado.

- Los incendios, especialmente en la Torre Sur y en WTC-7, fueron relativamente pequeños.

- WTC-7 no fue dañado por un avión y tuvo sólo incendios menores en los pisos siete y doce de este edificio de 47 pisos, pero se derrumbó en menos de 10 segundos.

- WTC-5 y WTC-6 tuvieron violentos incendios, pero no se derrumbaron a pesar de que tenían vigas de acero mucho más finas.

- En un documental de PBS [Servicio de Difusión Pública], Larry Silverstein, el arrendatario del WTC, dijo el 11-S al comandante del departamento de incendios hablando de WTC-7 que “lo más inteligente sería botarlo”, queriendo decir que fuera demolido.

- Es difícil, si no imposible, que fuegos de hidrocarburo como los alimentados por carburante para jet (kerosén) eleven la temperatura del acero hasta aproximarla a su punto de fusión.
A pesar de los numerosos puntos débiles en la historia gubernamental, la administración Bush ha descartado o ignorado básicamente todas y cada una de las críticas. Expertos de la línea dominante, que hablan por la administración, ofrecen una teoría que argumenta esencialmente que un impacto de avión debilitó cada una de las estructuras y que un intenso incendio debilitó desde el punto de vista térmico los componentes estructurales, causando fallas de retorcimiento que permitieron que los pisos superiores cayeran como crepes sobre los pisos inferiores.

Un apoyo de la versión oficial proviene de Thomas Eager, profesor de ingeniería de materiales y sistemas de ingeniería en MIT [Instituto Tecnológico de Massachussets]. Argumenta que el derrumbe se debió al extremo calor de los incendios, causando la pérdida de la capacidad de carga máxima de la armazón estructural.

Eager señala que el acero en las torres se habría derrumbado sólo si hubiese sido calentado hasta que “perdiera un 80% de su resistencia”, o sea alrededor de 704 grados centígrados. Los críticos afirman que su teoría está viciada ya que los incendios no parecían suficientemente intensos y generalizados como para alcanzar temperaturas tan elevadas.

Otros expertos que apoyan la historia oficial afirman que el impacto de los aviones, no el calor, debilitó todo el sistema estructural de las torres, pero los críticos sostienen que las vigas en los pisos 94-98 no parecían estar severamente debilitadas, menos todavía todo el sistema estructural.

El asunto fue aún más complicado por la ausencia de evidencia concreta para corroborar enteramente una u otra teoría ya que FEMA sacó rápidamente la estructura de acero antes de que pudiera ser analizada. Incluso a pesar de que el código penal requiere que la evidencia de la escena de un crimen sea guardada para el análisis forense, FEMA la destruyó o la embarcó al extranjero antes de que pudiera tener lugar una investigación seria.

Y se proyectan aún más dudas sobre el motivo por el cual FEMA actuó tan rápido, ya que por coincidencia habían llegado funcionarios el día antes de los ataques del 11-S al Muelle 29 de Nueva York para realizar un ejercicio de juegos de guerra, llamado “Trípode II”.

Aparte de la rápida extracción de los escombros por FEMA, las autoridades consideraron que el acero era bastante valioso ya que funcionarios de la ciudad de Nueva York aseguraron que cada camión con escombros fuera rastreado por GPS e incluso despidieron a un camionero que se detuvo sin permiso para almorzar.

En un análisis detallado, que acaba de ser publicado, y que apoya la teoría de la demolición controlada, Reynolds presenta un caso convincente.

“Primero, ningún rascacielos con armazón de acero, ni siquiera si está envuelto en llamas durante horas y horas, jamás se había derrumbado anteriormente. De repente ocurren tres sorprendentes derrumbes en unas pocas manzanas urbanas durante un solo día, dos de ellos supuestamente alcanzados por aviones, el tercero no”, dijo Reynolds. “Estos extraordinarios derrumbes, después de incendios menores de poca duración, hacían que habría sido tanto más importante que se hubiera preservado la evidencia, en su mayor parte vigas de acero, para estudiar lo que había ocurrido.

“Respecto a la intensidad del fuego, consideremos el siguiente parámetro: Un informe de FEMA de 1991 sobre el incendio del Meridian Plaza de Filadelfia dijo que el fuego fue tan intenso que ‘las vigas y las vigas maestras se combaron y se retorcieron, pero a pesar de esta extraordinaria exposición, las columnas continuaron apoyando su carga sin sufrir un daño obvio’. Un fuego tan intenso con vigas de acero que se combaron y retorcieron como resultado, no tiene ningún parecido con lo que se observó en el WTC.”

Después de considerar ambos lados del debate sobre el 11-S y después de revisar exhaustivamente todo el material disponible, Reynolds concluye que la historia del gobierno sobre los cuatro accidentes aéreos del 11-S sigue siendo sospechosa.

“En realidad, el gobierno no ha presentado restos de importancia de ninguno de los cuatro presuntos aviones de ese aciago día. La conocida foto del lugar de la caída del Vuelo 93 en Pensilvania no muestra el fuselaje, ni un motor, ni nada que pueda ser reconocido como un avión, sólo un agujero humeante en el suelo”, dijo Reynolds. “Se informó que no se permitió que los fotógrafos se acercaran al agujero. Ni el FBI ni la Junta Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB, por sus siglas en inglés) han investigado o producido algún informe sobre los presuntos accidentes aéreos.”

Fuente: http://www.arcticbeacon.com/articles/article/1518131/27302.htm

Hugo Chávez y el socialismo del siglo XXI en Venezuela.

Las experiencias de construcción de sociedades socialistas tuvieron en el siglo XX importantes reveses; la caída del supuesto “socialismo real”, dada su aplicación forzosa y exógena, la crisis de un inoportuno modelo extensivo en la economía, el aislamiento de la clase dirigente y la no fidelidad al pensamiento autóctono de las naciones, ha hecho pensar en la obsolescencia del modelo socialista para satisfacer a las necesidades de la humanidad.



No obstante en nuestro continente, de sus crisis sociales extremas, de sus venas abiertas, de sus aldeas indígenas y verdes llanuras, de su literatura telúrica, surge nuevamente el Socialismo como camino forjador de una nueva sociedad, con la fuerza de los movimientos sindicales, indígenas y sociales. Llamado Socialismo del siglo XXI es un fenómeno político que avanza en su influencia con el resurgir de la izquierda que pretende distanciarse de los esquemas y errores del modelo eurosoviético, a partir de una nueva concepción genuinamente americana. El socialismo del siglo XXI no debe, sin embargo, renegar de la herencia del más alto pensamiento humano (el marxismo incluido), tal como sucedió con el socialismo europeo. En consecuencia una de las proyecciones democrática, popular y antiimperialista en el poder, es el proceso revolucionario de Venezuela liderado por Hugo Chávez.
El desarrollo revolucionario y de conciencia de las masas en Venezuela ha sido resultado de un proceso que se gesta desde el Caracazo, que fue un levantamiento espontáneo de las masas sin dirección política, pero expresión de su descontento, y señaló a las fuerzas de izquierda que la crisis económica y política del país había llegado a su punto más extremo y que podía ser superada a través de un movimiento político que llevara al poder a un gobierno democrático y popular que echara por tierra el desgobierno y el entreguismo de Carlos A. Pérez.
El antecedente del movimiento político venezolano que hoy se conoce como V República es el Movimiento Bolivariano Revolucionario (MBR-200), congregación de militares fundada en 1983, que se preparó durante años para la confrontación violenta contra una estructura de gobierno que le daba la espalda al pueblo. Los fundadores de este movimiento y sus principales líderes fueron Hugo Chávez, Jesús Ernesto Urdaneta y Felipe Acosta Carlos.
Sus objetivos eran rescatar los valores patrios, dignificar la carrera militar y luchar contra la corrupción. Sus bases ideológicas radican en el bolivarismo, que es un cuerpo de principios y valores en construcción que ofrece una explicación del punto de partida y de los caminos para su superación. Sus fundamentos filosóficos y políticos son Simón Bolívar, Ezequiel Zamora y Simón Rodríguez, quienes abogaron por la originalidad que deberían presentar las instituciones latinoamericanas de gobierno y la inconveniencia de trasladar modelos inaplicables a la realidad de nuestros países.
Este proceso nacionalista y democrático-popular se establece como parte inseparable de las luchas emancipatorias que se fundamentan en los próceres latinoamericanos, especialmente en Bolívar, así como en las ideas de Mariátegui, el Che Guevara y Fidel Castro como sus más genuinos representantes. Chávez refiriéndose al carácter revolucionario y auténticamente democrático del proceso revolucionario expresó:
La revolución social es eso: cambiar los patrones de comportamiento de una sociedad a la que hay que tocarle la llaga (...) Es decir una revolución social cuyo objetivo es una situación de igualdad, de felicidad, y seguridad social a su pueblo. Esta revolución es mucho más difícil, pero teniendo la primera se facilita la segunda, la social.[1]
Su programa, de amplia participación popular con resultados concretos en las medidas que han favorecido a las mayorías, se ha encaminado a la transformación del sistema de corrupción política del país al separar del poder a los funcionarios vinculados a estas prácticas. Es un gobierno revolucionario en el poder que ha enfrentado la privatización para eliminar los efectos nocivos del neoliberalismo, ha apoyado a los sectores más desposeídos de la sociedad, ha ampliado la red de servicios médicos y educacionales hasta los lugares más lejanos y se ha empeñado en hacer una reforma agraria que frene el latifundio y en controlar los recursos petroleros de Venezuela a través de la reestructuración de PVDSA para ponerla en función de los intereses de la nación y de la ayuda solidaria a países hermanos. Ello le ha proporcionado un apoyo muy amplio de la población.
En el Mensaje Bolivariano a la Nación del 4 de febrero de 1992, cuando se produce la asonada golpista dirigida por Hugo Chávez, se consignaban los propósitos esenciales que animaban al Movimiento Bolivariano Revolucionario de sanear el país y construir una sociedad nueva en Venezuela.
Ahora existe otro logro menos visible, más difícil de medir sobre las coordenadas del tablero, pero de una importancia nada despreciable para el porvenir: un inmenso espacio ha sido ocupado y consolidado por las nuevas generaciones de militares venezolanos para los cuales también se cayó la máscara del régimen. Los militares jóvenes de la Patria de Bolívar no estamos dispuestos a soportar el oprobioso papel de ser la guardia pretoriana de un origen ilegal e ilegítimo (...) La fuerza armada, en fin dio un paso al frente para encontrarse con su pueblo. Y conquistó sus espacios de lucha sobre el área de batalla en que se ha convertido el país nacional.[2]
Tras el fracaso del golpe de Estado del 4 de febrero, los bolivarianos iniciaron un drástico cambio de estrategia para la consecución de sus objetivos. La variación de la táctica se centró en lo que se denominó la Revolución Bolivariana, caracterizada por ser pacífica y democrática. Esto es, la Revolución suponía una renuncia explícita a la toma del poder a través de las armas, así como un compromiso de no hacer uso de la violencia una vez que se estuviera en condiciones de gobernar. El instrumento a través del cual tuvo lugar la Revolución fue un cambio constitucional inmediato.
Este proceso, que aprendió de los errores de la experiencia chilena, diseñó una constitución de raigambre bolivariana en la que se ratifica su carácter profundamente democrático, se hacen valer los derechos civiles y la libertad de los ciudadanos y se proclama luchar por la igualdad y la justicia social. Como constitución redactada a favor del pueblo hace valer los derechos de los indígenas, se presta atención a la conservación y cuidado del medio ambiente y trata que la política tributaria esté en dependencia de los ingresos; todo ello ha provocado la oposición de la burguesía nacional y del imperialismo norteamericano. De esta manera al renovar la constitución y alcanzar mayoría en el parlamento, el gobierno ha emprendido leyes de beneficio popular.[3]
El poder popular venezolano ha movilizado a la población a través de los Comités Bolivarianos, los que han enfrentado de forma audaz a la oposición que cuenta con el apoyo del capital norteamericano y privado, que tiene una gran presencia en el dominio económico del país. Una acción de la oposición fue el intento de golpe de Estado que no fructificó porque Chávez y sus seguidores retomaron al poder. Pero se han mantenido las maniobras opositoras de la derecha, un ejemplo de ello fue el intento de los directivos de PDVSA de paralizar económicamente al país, intención que no se materializó por la capacidad movilizadora del gobierno revolucionario, su estrategia de pronta recuperación de los daños causados y la aplicación de medidas severas contra aquellos elementos boicoteadores y violadores de la constitución bolivariana.
El proceso revolucionario venezolano ha tenido singularidades. Se desmanteló el congreso anterior y creó la asamblea nacional soberana y patriótica, en la que ha tenido mayoría el proyecto revolucionario V República lo que ha favorecido la implementación de leyes de beneficio popular y de políticas tendientes al progreso del país en todos los órdenes. Se ha recibido el apoyo de las fuerzas armadas y del pueblo, lo que hizo fracasar el intento golpista y el paro económico del país con la manipulación de PVDSA. Se ha instituido una política democrático-participativa, que ha hecho posible el cumplimiento de los programas agrario, de salud pública, educacional, de desarrollo económico, de vivienda, de aumento del bienestar y del consumo de la población a través de los mercados estatales y no estatales. Se ha establecido la consulta periódica y rendición de cuenta ante el pueblo de las gestiones del gobierno. Se reconocen los derechos de los pueblos indígenas a que se respete su cultura e idiosincrasia, Por consiguiente, se ha consolidado el poder del proyecto revolucionario V República, lo que se manifestó de forma particular en el triunfo del referendo revocatorio celebrado en el año 2004. [4]
La revolución socialista bolivariana está estableciendo un nuevo modo de concebir la economía, que le da máxima prioridad a los sectores más amplios y desposeídos de la sociedad. Está enfrentando los enfoques económicos difundidos por décadas en América Latina, para los cuales la preocupación es la competitividad y el “libre comercio”, en cambio ahora Venezuela con su nuevo paradigma tiene como preocupación fundamental someter las acciones económicas al desarrollo social. Se evidencia que el paradigma bolivariano es una alternativa a la tendencia neoliberal que se impone tanto en lo económico como social.
Hasta el momento ha resultado ser positivo el proyecto económico, sobre todo para un país que arrastra con las crisis y fluctuaciones del sistema capitalista, que llevaba a Venezuela a una economía insostenible cuyos efectos perversos alumbraban la vía sin regreso a la privatización en forma generalizada y una tendencia cada vez mayor a la exclusión social de las grandes mayorías nacionales. Es un modelo de superioridad productiva, de equidad y de mejoramiento de la calidad de vida.
Al considerar que el paso al socialismo necesita un período de tránsito, del cual en sus obras filosóficas Carlos Marx plantea que es la toma del poder político por la clase obrera y los demás sectores explotados para la instauración de un verdadero Estado democrático que distribuya de manera equitativa el fruto del trabajo de la sociedad, sobre la base del carácter social de los medios de producción. El propio Marx explica que la edificación de este sistema no puede concebirse como un salto instantáneo, sino a través de un proceso de cambio o transición peculiar en cada país.
En este sentido el proceso venezolano que ha llegado al poder de manera institucional, se plantea este tránsito en el país de una sociedad capitalista a una socialista adaptada a las particularidades venezolanas; en este sentido la Carta Magna reviste una importancia vital en la transformación de la sociedad venezolana hacia esos fines. La constitución venezolana bolivariana es el resultado de un proceso de creación a partir de un verdadero debate para su redacción y aglutina los factores favorecidos en su defensa, lo que contribuye a la alianza e identificación de obreros, campesinos y demás sectores explotados alrededor de un mismo cuerpo legal. Fue refrendada en las marchas de los Cerros de Caracas y de todo el país en busca se su salvación y restitución, luego del golpe de estado que la anulara en abril del 2002.
La misma permite un orden jurídico institucional democrático; es inusual en el panorama latinoamericano pues contempla la figura del Referéndum Revocatorio a todos los niveles. La Constituyente permitió lograr al proceso una mejor posición en la Asamblea Nacional y en el número de gobernaciones del Movimiento V República, garantiza seguridad institucional al proceso surgido de su aplicación, dado lo difícil que sería reformarla total o parcialmente en contra de los intereses mayoritarios del pueblo venezolano. Es por ello que la reacción burguesa solo tuvo como única posibilidad la realización de un golpe de Estado para tratar de eliminarla.
Las primeras acciones comienzan en cuanto la Revolución llega al poder con el Plan Bolívar 2000, plan cívico-militar cuyo propósito se orienta a aportar soluciones contingentes a los problemas urgentes de la población a escala nacional, mediante el involucramiento y participación ciudadana. Se inició de este modo la primera ofensiva puntual con la intención de resolver necesidades de salud, educación e infraestructura, fundamentalmente a través del poder material y moral de la nación, para ello moviliza la Fuerza Armada Nacional (FAN) y las comunidades. Con estas acciones se tienen en cuenta las primeras necesidades de la nación que identificó Simón Bolívar: la moral, la educación y la salud.
Para ejecutar los planes sociales se establecieron misiones con un alto contenido participativo y colectivista, ya que se movilizaron las masas sin discriminación alguna. Las misiones se concibieron en las esferas educativa, alimentaria, servicios básicos y miscelánea. La primera tuvo los objetivos de instruir a los ciudadanos analfabetos (misión Robinson), proporcionar educación básica (Misión Ribas) y preparar a los beneficiados a estudios universitarios (misión Sucre), por lo tanto una misión educativa puede depender de otra; involucrar a la educación superior en el desarrollo cultural, sociopolítico y sociocomunitario (misión Cultura); despertar en los habitantes el interés por los bosques, el equilibrio ecológico y la recuperación de espacios degradados (misión Árbol) y modelar una nueva cultura científica y tecnológica que aborde la organización colectiva de la ciencia (misión Ciencia).
La segunda tuvo los propósitos de dotar las zonas pobres de ambulatorios eficaces y otros servicios médicos asistenciales (misión Barrio Adentro) y la operación de afecciones de la vista de forma gratuita a los ciudadanos de menos recursos económicos (misión Milagro); de embellecer los lugares públicos y construir viviendas (misión Hábitat), mercados y supermercados (misión Mercal) que permiten la mejor distribución y almacenamiento de alimentos a bajos y mejores precios.
La tercera incluyó mejorar las condiciones de las etnias minoritarias y marginadas, representadas en los indígenas (misión Guaicaipuro); agilizar el trámite de los documentos de identidad del ciudadano común (misión Identidad); promocionar las actividades agrarias, que resultan fundamentales en un país demasiado urbanizado (Vuelta al campo); ayudar a todos los niños y niñas de la calle que sufren el embate de la pobreza (misión Negra Hipólita) y apoyar a las amas de casa en estado de necesidad, a fin de que, junto con sus familias, superen la situación de pobreza extrema mediante su incorporación a programas sociales y el otorgamiento de una asignación económica (misión Madres del Barrio).
Las misiones constituyeron una respuesta para atacar los males más graves de la sociedad. Una mirada a sus objetivos sociales pone de relieve el espíritu de las ideas de Simón Bolívar, quien afirmó: "El sistema de gobierno más perfecto es el que produce la mayor suma de felicidad posible, la mayor suma de seguridad social y la mayor suma de estabilidad política". El equilibrio social se orienta hacia los principios de universalidad, equidad, participación y responsabilidad como base de la garantía de todos los derechos para todos los ciudadanos y las ciudadanas y a potenciar su pleno desarrollo.
Estas misiones reflejan la preocupación real por acabar con los males sociales y hacer cumplir el anterior argumento de Simón Bolívar de producir la mayor suma de felicidad posible a su pueblo. También se destaca en ellas la atención a los indígenas por los cuales el Libertador procuraba su libertad como procuraría su vida misma.
Independientemente de estos beneficios durante el año 2001 fueron aprobadas por la Asamblea Nacional 49 leyes habilitantes. Estas leyes que le daban rigor de ley a las ideas transformadoras, polarizaron radicalmente el proceso revolucionario, al afectar de manera directa los intereses de la oligarquía. Con estas se lograría la necesaria redistribución de la riqueza nacional y la ejecución de una nueva política fiscal y financiera.
Una de las leyes aprobadas fue la de Hidrocarburos. Esta redistribuía las ganancias de la empresa estatal, que luego de la privatización, había pasado a ser un mero intermediario de las transnacionales. Esta ley permitió el dominio necesario para la redefinición de la política petrolera, que buscó en adelante una integración internacional en aras de una valorización de los precios del petróleo. A través de ésta el Estado, con el régimen concesionario, ha podido aprovechar las ventajas de la utilización del capitalismo de Estado, como definió Lenin este tipo de economía y método de socialización.
La ley de Tierras y Desarrollo Rural es otro de los cuerpos legales más importantes, pues establece los mecanismos para acabar con el latifundio, a través de la expropiación de tierras ociosas, incluso si fuese necesario, las tierras concentradas en las manos de la burguesía agraria que resultaran improductivas. Esta normativa ataca uno de los pilares fundamentales de la propiedad privada y sienta las premisas para la transformación gradual socialista de la tierra, aún cuando no posee el carácter radical de una reforma agraria. Esta no solo ha posibilitado el otorgamiento de tierras en cooperativas, sino también un sistema de financiamiento al desarrollo agrícola para el otorgamiento de maquinarias e insumos a los productores, con lo que se potencia la producción nacional para la sustitución de importaciones y creación de empleos. La ley debe verse como el primer paso hacia una posterior radicalización de la propiedad social de la tierra. La normativa es una de las que más ha sufrido los efectos de la descentralización del poder en el aparato burgués.
En el orden financiero se realizaron importantes transformaciones sobre la base de un paquete de leyes tales como la de Bancos, que obliga a la banca privada y al Banco Central (independiente y neoliberal) a financiar el desarrollo del país, a partir del financiamiento a actividades agrícolas y productivo-cooperativas. La ley de Microfinanzas que posibilitó la creación de bancos como el de la mujer, el del pueblo y el Fondo de Microfinanzas.
Se impuso además la ley del Impuesto sobre la Renta y el Código Tributario para la recaudación, por parte del Estado, de un monto ascendente al ingreso petrolero; en otros gobiernos la burguesía no pagaba impuesto alguno sobre sus ganancias. Esta ley permite la distribución verdadera y justa de la riqueza nacional. Fue aprobada además la ley de Protección al Deudor que establece la no aplicación de una tasa de interés superior al 5,6 % para aquellos venezolanos que no superen las 500.000 bolívares de ingreso, lo que permite una actuación directa en favor de la clase media más débil.
Estas leyes han permitido el amparo legal para la realización de medidas de transformación económica hacia la construcción de la nueva sociedad. Con éstas se han creado también las condiciones para la socialización de la propiedad, con la creación de cooperativas y empresas mixtas entre el Estado y los pequeños productores, por lo que se han sentado las bases para la posterior transformación de la propiedad privada. Con dichas medidas se le ha restado influencia económica a la oligarquía, aún cuando es todavía notable.
Con el impacto de las transformaciones socioeconómicas se comienzan a crear las condiciones para la base técnico material. Importantes sectores económicos se desarrollan a partir de la propiedad del Estado, lo que potencia la ampliación (no sin dificultades) de la propiedad social, junto con el desarrollo del capitalismo de Estado y las cooperativas, tipos de propiedad y métodos de socialización planteados por Lenin desde su experiencia política como sostén del tránsito al nuevo sistema alternativo. Al respecto hay que señalar que todavía no se logra que todas las empresas estatales y proyectos cooperativos sean eficientes debido, entre otras causas, a la insuficiente democracia participativa en la base, que no permite la total identificación de los colectivos laborales con el proceso productivo.
Es insoslayable la influencia que ha desempeñado en este proceso la acción internacional del gobierno en su política exterior, que ha posibilitado incrementar las áreas de comercio e intercambio hacia zonas de importancia para la economía mundial (China, Rusia, India, Irán, Argentina), lo que limita la dependencia del capital norteamericano.
El proyecto ético es socialista y bolivariano, contempla todas las actividades del hombre ya sean las de carácter religioso, político, social, económico, etcétera. En la dialéctica del proyecto aparecen varios desafíos, entre ellos la necesaria superación positiva de la miseria y la pobreza material y espiritual que garantice la realización de la ética y no su anulación. Está claro que el estado de necesidad permanente anula cualquier posibilidad real del ser ético.
La construcción de un Estado ético exige funcionarios honestos, eficientes que más que un altar de valores, exhiban una conducta moral en sus condiciones de vida, en la relación con el pueblo y en la vocación del servicio que prestan a los demás. Un Estado del cual se sienta parte el ciudadano. El Estado está llamado a ser el espacio ético por excelencia, si no lo es, el ciudadano no tendrá motivo para serlo.
Los proyectos económico, político, social, ético y cultural de la Revolución Bolivariana de Venezuela responden a las necesidades de los desposeídos, están en función de la mayoría del pueblo. Es evidente su contenido bolivariano que se expresa desde la constitución hasta la praxis de los mismos, en los cuales se recoge la esencia de las reflexiones filosóficas de Simón Bolívar, aplicadas a una nueva realidad.
El prestigio de la revolución bolivariana ha crecido a los niveles latinoamericano e internacional por su propuesta de la Alternativa Bolivariana para las Américas y el protagonismo en los proyectos Mercosur, ALADI, el Pacto Andino y recientemente los convenios petroleros con la cuenca del Caribe, como alternativa frente al neoliberalismo y el ALCA. Con ellos se ha logrado un intercambio mutuamente ventajoso para los países del área sin la tutela del imperialismo norteamericano y un mayor grado de cohesión y coherencia regional.
No es posible hablar del proceso bolivariano sin considerar a su oposición; no obstante en la medida que ésta ha ido imponiendo trabas a la dirección de la Revolución se incrementan las medidas de transformación y su carácter radical. Durante la campaña electoral del 2006 Chávez reafirmo su convicción de que el sistema capitalista no permite el desarrollo de una sociedad democrática y de que solo en el Socialismo se pueden desarrollar las ideas humanistas de la revolución bolivariana. Explicitó que aquel que votase por él, estaría votando por la construcción del socialismo en Venezuela. Luego de su triunfo, con más de un 60% de los votos, aceleró las medidas de cambio con la aprobación de una Ley Habilitante por parte de La Asamblea Nacional que le permitió, en primera instancia, la nacionalización de las telecomunicaciones (CANTV), vital sector en la ejecución de los planes de desarrollo; de la generación eléctrica, importante sector para la economía al orientar la producción hacia los intereses nacionales. También fue nacionalizado, en régimen concesionario, la producción petrolera en la faja del Orinoco que representa el 18% de la producción nacional. Se relanzó la moneda nacional. lo que permitió disminuir el flujo financiero y un mayor control ante la corrupción y la inflación.
Aun cuando la Reforma Constitucional no fue aprobada, el 2 de diciembre de 2007, el mínimo margen por el que este proyecto perdió señala el apoyo de una importante mayoría del pueblo venezolano que desea la transformación de la sociedad. Esta experiencia sirvió para evaluar la efectividad de las fuerzas chavistas en el proceso de divulgación de los aspectos de la reforma. En esta ocasión la propuesta no emergió de un debate nacional de base, sino luego de evaluar la propuesta de la presidencia, la Asamblea Nacional sancionó la reforma para que fuese luego explicada a la población que debía votarla en referendo. Fue en esta mediación que se limitó la capacidad de debate del pueblo y no en el supuesto cansancio de las fuerzas chavistas alegado por la oposición, donde radica una de las causas de su no aprobación. Ello demuestra la constante necesidad de perfeccionar los mecanismos de participación del pueblo, su inclusión en los procesos de decisión más estratégicos para elevar su compromiso y preparación política.
Este periodo, superior en el orden político y teórico, planteó la necesidad de la fundación de un partido que constituyera la vanguardia dentro del pueblo venezolano, que pudiera  potenciar una verdadera conciencia socialista en las masas, que definiera en sus bases teóricas, ideológicas y políticas las vías para la edificación de la sociedad alternativa. Como Venezuela sufrió por décadas un amplio repliegue de las fuerzas de izquierda, en especial las marcadamente marxistas tales como el Partido Comunista Venezolano, esto condicionó que este proceso se diese sobre la base de un proyecto de transformación política, jurídica, económica y social que se sustentaba a su vez en el bolivarianismo, corriente ideológica no marxista que no contempla la lucha de clases, el mismo está representado en el Programa Electoral Constituyente del Movimiento Bolivariano Revolucionario, que basa su fuerza en las contundentes victorias electorales del presidente Chávez.
El presidente Hugo Chávez encabezó los esfuerzos para, desde el 2006, convocar a la militancia de los diversos partidos a que apoyen el proceso de cara a las elecciones de diciembre, a que se uniesen en un solo bloque que brindase unidad política y de acción para impulsar el proyecto socialista. La propuesta logra el apoyo de diversos partidos de la izquierda venezolana (Movimiento Quinta República, el Movimiento Electoral del Pueblo, el Movimiento Independiente Ganamos Todos, Unidad Popular Venezolana, el Movimiento Tupamaro y la Liga Socialista, etcétera). Aun cuando otras organizaciones políticas (Patria para todos, Por la democracia social y el Partido Comunista de Venezuela) rechazaron la propuesta, en sus bases diversos cuadros importantes para el proceso de cambio renunciaron a sus militancias y se unieron al nuevo partido.
El proceso de creación del partido tuvo uno de sus momentos más importantes en las inscripciones populares para aspirar al ingreso al mismo, con un total de 5.669.305 aspirantes, lo que consolidó la identificación popular con la ideología socialista, aún cuando no todos formasen parte del mismo. Luego fueron elegidos los propulsores de los batallones, así como los 22 batallones de base. Estos eligieron sus voceros en cada estado, de esa elección surgieron los delegados al Congreso Fundacional, lo que garantizó la procedencia popular y democrática de los participantes al cónclave nacional. Este procedimiento trajo consigo la no elección de aquellos cuadros que habían demostrado su inconsecuencia con el proceso, así como el surgimiento de otros que se destacaron a nivel popular, cuestión de vital importancia en el proceso de formulación de la Declaración de Principios.
El Congreso Fundacional es desarrollado desde finales de enero de 2008, con el objetivo de realizar la Declaración de Principios del Partido, formular el programa, definir los estatutos, acordar los mecanismos para seleccionar los candidatos a cargos de elección popular y elegir a las autoridades transitorias. En el mismo se debatieron temas de gran importancia, tales como la construcción del socialismo y del poder popular, la defensa de la Revolución, la naturaleza y la soberanía, el internacionalismo y la socialización del poder.
En el proceso de la declaración de principios del partido se evidenció la fuerte presión popular para la radicalización de dicho documento, que contempla que el partido es heredero del pensamiento de Marx, Engels, Trotsky y Lenin, por lo que deja a un lado una etapa de indefinición ideológica del proceso bolivariano y precisa la especificidad de la ideología de Socialismo del siglo XXI, tan debatida por diversas tendencias reformistas que intentan desligarla del pensamiento marxista. Así mismo declara que el Partido Socialista Unificado Venezolano es obrero, anticapitalista, antiimperialista, humanista, bolivariano y la necesaria expropiación estratégica de los medios de producción capitalista, lo que refuerza el radicalismo de su base teórica  y vislumbra que este proceso es visto en su complejidad y evolución.
Se eligió como presidente del PSUV a Hugo Chávez, se decidió que la asamblea de delegados y delegadas —conformada por los integrantes del Congreso Fundacional— fuera la máxima autoridad del partido, lo que da continuidad a la ruptura con la tradición clientelar y elitista de los partidos políticos en Venezuela, con ello se logró el marco democrático de participación indispensable para la vinculación consciente de las masas con el proceso de transformación. De ello es expresión el hecho de que en el proceso de elección de sus candidatos a gobernadores el partido marcó un hito en la historia política venezolana, al seleccionar en elecciones internas sus candidatos.
El PSUV tuvo ante sí la tarea de definir su programa político, que fue aplazado por las elecciones de gobernaciones y alcaldías, y de ofrecerle a la masa trabajadora, campesina y explotada la guía necesaria para la acción revolucionaria, a través de acciones para la superación del aparato político estatal burgués que frenaba a la Revolución luego de no poderse aprobar la Reforma Constituyente que atacaba los elementos de base de IV Republica que siguen con vida.
En este orden es indispensable ampliar la participación popular en las decisiones de todo tipo, como arma ante la labor opositora dentro y fuera de las filas del proceso. El PSUV tendrá también como tarea primordial constituir, con toda su militancia, el referente ético para la sociedad. Deberá dedicar atención a la preparación política de sus miembros y de la sociedad para lograr la socialización de los nuevos valores y principios en la formación del hombre de la sociedad socialista. Es necesario que potencie una creación teórico intelectual que dote al proceso de una interpretación cabal y genuina de las doctrinas de la construcción del socialismo y permita la elaboración de medidas transformadoras. Sus militantes deberán constituir un ejército de apoyo a la labor antiburocrática y anticorruptiva del Estado, al aportar dirigentes que contribuyan a la labor gubernamental, sin confundir las funciones del partido y las del gobierno.
El partido ha de proteger la aplicación de las transformaciones socialistas, no solamente garantizar la seguridad de las conquistas alcanzadas, sino inyectar el influjo radicalizador necesario. El proceso no puede sostenerse únicamente en la confianza popular hacia el presidente Chávez, sino también hacia el partido.
Las lecciones del proceso venezolano nos enseñan que el problema del poder de la izquierda en América Latina no reside sólo en constituirse en una alternativa al modelo neoliberal  en  las condiciones en las que el Estado sea tomado, porque en la actualidad los estados latinoamericanos están debilitados  en su capacidad autónoma de decisión, debido a la hegemonía del capital financiero  internacional y a la  crisis fiscal  que padecen por el déficit presupuestario. El problema es muy complejo, se trata de desarrollar una política desde el poder que subvierta la situación con profundos cambios económicos, políticos y sociales. Es hacer la revolución aunque ello lleve implícito un proceso gradual de reformas. Lo que se tiene que determinar es hasta dónde llegarán los cambios.
Es esto lo que acontece en la actualidad en Venezuela, empeñada en llevar a vías de hecho los programas agrario, educacional, de salud, de ayuda a los más desfavorecidos, de integración regional para contrarrestar los designios hegemónicos del ALCA y las políticas neoliberales, de desarrollo de una política interna tendiente a frenar al neoliberalismo, de creación de fuentes de empleo, de promover la inversión económica y el desarrollo industrial del país para satisfacer las necesidades de la población.
Es de destacar que el proceso venezolano es de una naturaleza revolucionaria inédita, en él la construcción de un socialismo de sólido arraigo popular se asienta en un profundo carácter democrático en el que la consulta popular se hace norma para toda la vida del país; por tanto el propio ejercicio del poder es colegiado al nivel del gobierno y de la Asamblea Constituyente, ello se refrenda por una Constitución que debe ser elogiada por su concepción profundamente patriótica, latinoamericanista y bolivariana.
Tal naturaleza es evidente en el reciente proceso electoral en el que se manifestó en todos los procedimientos democráticos y éticos el respeto a la oposición que pese a sus maniobras no pudo desmentir su derrota ante la avalancha del apoyo popular a Chávez, que es resultado de las conquistas materiales y espirituales que el venezolano siente en su propia vida con la Revolución.
El socialismo que se construye en Venezuela se ha apartado de los viejos y caducos estilos centralistas de ordeno y mando que se vivieron en el otrora campo socialista. Este proceso ha resaltado el carácter auténticamente latinoamericano, que se fundamenta en las tradiciones de su pueblo y en el respeto a la diversidad de todo tipo. Lucha por el pueblo y para el pueblo. Su forma original de manejar la economía, al tomar en consideración la debida correlación entre lo privado y lo estatal según las condiciones objetivas del país, constituye hoy una enseñanza para los procesos socialistas actuales sin renunciar ni a los principios, ni a la esencia popular de la Revolución.
El mayor aporte del proceso bolivariano es que ha implantado un sistema democrático en el poder que concibe la participación efectiva de los variados sectores de la sociedad civil en una dinámica que coadyuva a la gradual consolidación del proceso revolucionario. Se pone de manifiesto de forma coherente la tesis gramsciana del reciclaje profundo entre la sociedad civil y el Estado, que posibilite a través de una comprensión y quehacer profundo de la cultura el que se logre la verdadera hegemonía en el proceso revolucionario, que es lo que permitirá la verdadera consolidación en el futuro de la Revolución bolivariana y la convertirá en un paradigma para la revolución latinoamericana en el siglo XXI.


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 Enviado a Herramienta por los autores.

[1] Hugo Chávez; un nuevo proyecto histórico, Editorial de Ciencias Sociales, La                                 .      Habana, 2002, pág. 47.
[2] Hugo Chávez Frías, El comandante Hugo Chávez a la Nación. Mensaje Bolivariano, pág. 16.
[3] Roberto Viciano Pastor y Rubén Martínez Dalmau, Cambio político y proceso constituyente en Venezuela(1998-2000), págs. 174- 207.
[4] Véase Carlos Aznarez, Los sueños de Bolívar en la Venezuela de hoy. Ediciones Txalaparta. Tafalla. Nafarra, Junio de 2000; Hugo Chávez Frías: El golpe fascista contra Venezuela (discursos e intervenciones diciembre del 2002 - enero del 2003). La Habana, Ediciones Plaza, 2003; Roberto Viciano Pastor y Rubén Martínez Dalmau, Cambio político y proceso constituyente en Venezuela (1998-2000). Caracas, Editores Hermanos Vedeli y Editorial Melvin, 2001; Heinz Dieterich, Hugo Chávez: un nuevo proyecto latinoamericano. La Habana,Editorial de Ciencias Sociales, 2001; Rosa Miriam Elizalde y Luis Báez, Chávez nuestro. La Habana, Casa Editora Abril, 2004.



Autor(es): Leyva Rodríguez, Dayianni. - Pérez Portales, Oscar - Soto Rodríguez, José Antonio
Leyva Rodríguez, Dayianni. .
Pérez Portales, Oscar.
Soto Rodríguez, José Antonio. Profesor Titular y master en pensamiento filosófico latinoamericano del departamento de Filosofía. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de Oriente. Trabajo enviado por el autor para su publicación en Herramienta.


Fuente: http://www.herramienta.com.ar/herramienta-web-3/hugo-chavez-y-el-socialismo-del-siglo-xxi-en-venezuela